El escenario de la composición en términos generales, se ha visto beneficiado principalmente por el avance exponencial de toda la industria tecnológica al servicio de la música en los últimos 15 años. Esto ha hecho que cada creador musical, hoy puede tener acceso, a un costo no muy alto, a herramientas que permiten producir música diversa, de alta calidad técnica y sonora, en lugares que no necesariamente son estudios de grabación profesionales. Los llamados DAW (Digital Audio Workstation) Estación de trabajo de audio digital, son hoy en día, los lugares donde los creadores podemos producir música y enfrentarnos al mercado para cubrir la demanda musical.
Ahora, el escenario de la música publicitaria sigue siendo una fuente importante de ingresos para los compositores, donde la forma de trabajo es “casi” siempre a través de referencias musicales, a las cuales el cliente final desea o visualiza para una campaña publicitaria. Un ejemplo concreto de esto es: ‘necesito una música que suene como “The Beatles”, o necesito una música que suene como rock pop de los 80´s,’ etc. Frente a este escenario, a mi juicio, no hay mucho espacio para la creatividad, sino más bien, hay que tener bastante oficio y agilidad, para poder satisfacer las necesidades de los clientes en los tiempos acotados, y para esto, es clave tener una buena planificación y un óptimo manejo tecnológico.
AUDIOLANDER viene un poco a juntar a estos compositores “solitarios”, “trabajólicos”, que pasan horas en sus estaciones de trabajos, creando, produciendo y post produciendo. Mostrándolos, así, al mundo y a la industria audiovisual, en general. Ya que por cada obra que está en AUDIOLANDER, hay un productor audiovisual o un creativo de agencia que está buscando exactamente lo que ese compositor creó. También es importante señalar que la industria publicitaria se va moviendo según cómo las marcas van invirtiendo en su publicidad. Por ello, en ocasiones, la economía global es determinante para los presupuestos. Eso hace que las tiendas como AUDIOLANDER sean muy efectivas para satisfacer esa demanda de música para la industria audiovisual y publicitaria.
Lamentablemente, en Chile los músicos hemos sido bastante despreocupados en torno a los derechos legales de nuestras obras, producto de la visión eterna de los trabajadores del, arte de verlo todo desde la vereda del arte, y no aterrizar a que una obra musical, también es un trabajo que conlleva un valor agregado, por el solo hecho de haberlo creado.
Sin embargo, a pesar que existen muchos músicos y creadores musicales que, en realidad, no les interesa mucho el tema y, por ello, muchas veces ceden o entregan sus derechos sin mayores requisitos. Hay un grupo no menor y creciente que ha empezado a preocuparse más de esta materia, y de la importancia que significan los derechos de autor y conexos. Entendiendo que el valor de su música y los derechos asociados pueden ser elementos importantes a la hora de entrar en una negociación del trabajo musical.
Una manera de solucionar esta falta de conocimiento es acceder a las sociedades de derechos de autor del país de cada compositor. En chile es la SCD (Sociedad del derecho de autor), donde te podrán orientar y te podrán asesorar sobre todo el universo que conlleva los derechos de autor en una obra musical y sus implicancias en la industria musical.
Por otra parte, el acceso a la información, hoy en día, es más fácil. En redes y sitios web se puede encontrar información al respecto, con videos tutoriales y capacitaciones, entre otras alternativas.
En AUDIOLANDER, consagramos un contrato de licenciamiento con cada compositor, en el cual éste autoriza a AUDIOLANDER a comercializar el derecho de sincronización de las obras musicales. El derecho de sincronización es el permiso que otorga un compositor para que su música pueda ser utilizada en una pieza audiovisual. Léase Cine, comercial publicitario, serie de tv, radio, cortometrajes, videos corporativos, videos tutoriales etc.
Muchos compositores de AUDIOLANDER de otros países, este tema ya lo tienen bastante definido y se manejan en el mercado de plataformas, tanto streaming como de venta de licencias de sincronización, como AUDIOLANDER.
La industria audiovisual
En términos generales, la industria audiovisual sabe y está al tanto de las implicancias legales que conllevan el no respetar el debido uso de cada licencia. Grandes agencias de publicidad, que trabajan con marcas importantes, manejan estos temas muy bien y toman siempre todas las precauciones para no cometer un error en este ámbito.
Sin embargo, algunas, quizás por desconocimiento, utilizan licencias que no autorizan el uso de la música en un comercial publicitario, por ejemplo, en medios de difusión masiva, como radio o TV abierta, arriesgándose a sanciones legales bastante fuertes y el desprestigio frente a los clientes. Existen casos que usan una licencia “simple” para producciones de TV o publicitarias. En casos más extremos hemos podido apreciar cómo se usa la música con el sello de audio incrustado de los demos, extraídos de plataformas similares a AUDIOLANDER.
En el caso de las series de TV o algún programa en especial, al menos en Chile, se ha dado una forma no muy beneficiosa a mi juicio con respecto a los compositores. Algunas veces, los productores de dicho proyecto audiovisual llegan a un acuerdo con el compositor para poder usar su música a cambio de que los derechos de autor que le genere al compositor por concepto de difusión pública sean, en definitiva, el pago por el uso de su música en la producción. Sin embargo, la licencia o permiso que otorga un compositor de una obra musical para una producción audiovisual es distinto a los derechos que este pudiese generar por concepto de difusión pública, que en ese caso, el ente recaudador SCD (sociedad del derecho de autor) se encargaría de gestionar.
Por todo lo anterior, en AUDIOLANDER, este tema es bastante claro. Lo que nuestra plataforma comercializa es el permiso para que una obra sea usada en una producción audiovisual. Los derechos que ésta pueda generar por concepto de difusión pública son exclusivamente del autor. Por tanto, el compositor gana porque su obra se usa y por derechos de difusión .
A mi modo de ver, es fundamental que los creadores musicales sepamos en lo que el derecho de autor respecta, ya que hoy en día, ésta es una herramienta fundamental a la hora de enfrentarse al mercado que no necesariamente le dará el valor que tienen nuestras obras. Por ende, creo que la responsabilidad radica en nosotros como creadores. La ley 17.336 en Chile es clara al respecto y el interiorizarse de este tema legal es de fácil acceso.
Por ejemplo, es muy útil saber la diferencia entre un contrato de licenciamiento como un contrato de cesión de derechos, son dos cosas muy diferentes, y a la hora de firmar hay que estar informado. Este elemento es clave, y es lo que verdaderamente impacta en la industria. Hace que el trabajo de nosotros los compositores sea cada vez más profesional por el lado de la gestión y el desempeño en un mercado competitivo.
En otros países, este asunto está más regulado y es de conocimiento de los creadores lo referente a temas del derecho de autor. En Estados Unidos, por ejemplo, existen varias compañías que resguardan los derechos del autor, como BMI. En Brasil también el tema de derechos de autor en la música está muy bien regulado. Pero el elemento clave es que cada compositor sepa y se maneje con este tema que es fundamental. Siendo esta la forma en que el trabajo profesional prolifere y tenga reconocimiento legal.
Más información:
LinkedIn: Audiolander
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