Este jingle del CDF de hace ya algunos años se me viene a la cabeza hoy, que recién han pasado poco más de dos meses de clases y aún nos quedan varias jornadas más en las que la pelota no debe caer. La recuperación de los aprendizajes y el cuidado socioemocional de los niños y niñas debe ser prioridad nacional.
Es decir, que este 2023 asistan al colegio, que aprendan y comprendan lo que leen, que no haya violencia y que no deserten depende de que todos los involucrados, de manera colaborativa, articulada y urgente, pongamos nuestros esfuerzos y voluntad a disposición. Gobierno, Mineduc, establecimientos educativos, profesores, alumnos, sociedad civil debemos llegar a tiempo para que ese balón sea continuamente elevado y se mantenga siempre en movimiento.
Especialmente necesitamos el compromiso de las autoridades y familias para que la pelota “no toque suelo”, porque si ello ocurre todos volvemos a perder. Cerrar colegios o acortar las jornadas por la violencia no ayuda a aquello. Tampoco no enviar a los niños al colegio sin razón alguna y porque “un día no pasa nada”.
Desafortunadamente, muchas veces los padres pueden sentir que la educación no es importante o que la educación formal es innecesaria, especialmente cuando se enfrentan a otros desafíos en la vida. Pero es importante recordar que la educación es un regalo invaluable que podemos dar a nuestros hijos, y que puede tener un impacto significativo en su futuro.
En conclusión, creo que es importante que todos como sociedad sigamos reforzando el valor de la educación y de enviar a los niños a clases. Al hacerlo, les estamos dando una oportunidad única para aprender, crecer y tener un mejor desarrollo futuro. No dejemos caer la pelota.
Anne Traub, directora ejecutiva de la Fundación Familias Power