Por Arturo Moraga, jefe de RRHH de Artisa
La importancia de trabajar permanentemente con total apego a la legislación laboral va más allá de cumplir con obligaciones o exigencias legales por temor a una multa o una sanción. Diversas investigaciones y publicaciones dan cuenta de beneficios “colaterales” de gran valor para las empresas, al sustentar sus operaciones en un cumplimiento laboral total y permanente.
Resulta obvia la importancia de cumplir las normas que regulan las relaciones laborales en un país. “La ley debe acatarse, sin discusión”, recitarán correctamente muchos. Pero es frecuente que este cumplimiento se dé no por un convencimiento ético efectivo de quienes dirigen las organizaciones, sino más bien por el temor a la sanción, a la denuncia o a las multas en caso de ser “descubiertos” en alguna falta a las normas.
Recientes investigaciones, como un estudio publicado en la revista Harvard Business Review, destacan que las empresas que cumplen rigurosamente con sus obligaciones laborales “tienden a experimentar niveles más altos de compromiso por parte de los empleados”. Un ambiente donde se valora y se asegura el cumplimiento fiel de las normas, contribuye a fortalecer el sentido de pertenencia y, a su vez, a un cumplimiento laboral muy alto de los propios colaboradores, quienes se esfuerzan en cumplir sus compromisos y funciones. Una especie de “efecto espejo”.
Asimismo, de acuerdo con informes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las empresas con altos índices de cumplimiento de las normas, y que implementan prácticas seguras que refuerzan y aterrizan las normativas de seguridad laboral, registran reducciones muy significativas en las tasas de accidentes de trabajo y enfermedades laborales. Esto no solo protege a los trabajadores, sino que también resguarda la “salud” financiera y otorga tranquilidad y soporte a la empresa.
Todo lo anterior es entendido y ratificado plenamente por Grupo Artisa, donde el cumplimiento de toda obligación laboral, es un compromiso que se ratifica día a día, a todo nivel, constituyendo un sello reconocido ampliamente por colaboradores y clientes.
En cuanto a la captación y atracción de talentos en el mercado laboral, tema siempre crítico en cualquier organización actual, diversas publicaciones subrayan la importancia de la reputación de una empresa en términos de alcanzar un cumplimiento laboral sólido y sostenido. La capacidad para atraer y retener talento de alto valor se ve muy potenciada cuando una empresa es reconocida por su compromiso con las prácticas laborales éticas y el apego estricto a las normas en sus actividades cotidianas.
El Pew Research Center de EEUU ha señalado en múltiples ocasiones que la estabilidad laboral y la confianza en la seguridad del empleo son factores clave para mejorar la eficiencia y la productividad de los empleados. Cumplir con las leyes laborales permite contar con un marco de seguridad fundamental para un rendimiento óptimo de los colaboradores. En el mismo sentido, otras investigaciones de universidades destacan que las empresas que adoptan prácticas laborales justas y transparentes tienden a tener relaciones laborales mucho más saludables y productivas. Esto se traduce en un ambiente laboral positivo que favorece la colaboración, la confianza y la calidad de trabajo.
En resumen, más que para evitar sanciones o multas, cuando las organizaciones se esfuerzan en trabajar con total apego a las normas laborales, tomándolas como un “marco organizacional básico”, desarrollan una cultura sana, que genera beneficios compartidos, sustentados en bases muy sólidas, que son los que aseguran que los colaboradores se comprometan con el éxito de la organización, con la satisfacción plena de los clientes y que colaboren activamente y de “muy buena gana” con las mejoras y proyectos de crecimiento. Todo a partir de que la empresa “cumple” siempre y sin falta.
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