Este 2023, que está a punto de despedirse, ha sido un año que, tanto a mí como a mi equipo de trabajo, ha traído consigo una serie de aprendizajes que hemos podido ir aplicando como comunicadores y comunicadoras, junto a nuestros clientes e incluso, en nuestra vida personal.
Mi experiencia como Trainer certificada en Programación Neurolingüística (PNL) me ha abierto la mente a nuevas posibilidades en el mundo de la comunicación, que, sin duda, seguiré implementando durante 2024 junto a mi equipo. Me ha ayudado a ver situaciones desde diferentes perspectivas, entregándome habilidades para encontrar soluciones creativas, para ver oportunidades de crecimiento en vez de problemas, pudiendo además comprobar lo distinto que se vive cualquier desafío cuando se incorporan y personalizan este tipo de técnicas para contribuir al crecimiento organizacional.
Con el tiempo he ido aplicando estas técnicas al interior de LRM, pero también en asesorías comunicacionales a clientes, potenciando la comunicación interna de sus organizaciones y permitiendo que sus líderes puedan alcanzar sus metas y objetivos en conjunto con su equipo.
PNL es una herramienta que se enfoca en la comprensión de cómo las personas piensan, sienten y se comunican consigo mismas y con los demás. El coaching con PNL utiliza esta metodología para ayudar a los empleados a identificar y superar los bloqueos mentales, los miedos y las limitaciones que pueden estar afectando su rendimiento y su capacidad para alcanzar sus objetivos.
Es que el crecimiento de una empresa va directamente proporcional al crecimiento de quien lidera los equipos. Por ende, para tener un negocio exitoso o para transformar tu organización, primero tienes que transformarte como persona para poder liderar desde un lugar mucho más cercano y efectivo, con el uso modelado del lenguaje para influenciar, motivar y persuadir.
Además, la PNL presta atención a las señales no verbales y a la empatía. Los líderes pueden utilizar estas técnicas para construir relaciones sólidas y establecer vínculos duraderos con sus equipos. Además, utiliza el concepto de anclaje para asociar estados emocionales con ciertos estímulos, por lo que esta técnica es un apoyo para gestionar mejor los cambios y crear asociaciones positivas con nuevas iniciativas.
Creo que estos días que quedan de 2023, son una excelente oportunidad para que los líderes, y me incluyo, reflexionen sobre lo que ha sido el año no sólo en términos de números y crecimiento, sino que también en cuanto a gestión de equipos ¿qué tipo de liderazgo quiero implementar durante 2024 y en los años que vienen? ¿qué sello quiero estampar con mi empresa, en mis colaboradores y en el mundo? ¿qué puedo mejorar en mí para aportar al resto?
Por intensos que sean estos días, es importante encontrar un espacio para pensar, reflexionar y, desde ahí, trazar la ruta de un liderazgo que hable el idioma del éxito.
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