A menudo se supone que las personas mayores tienen menos probabilidades de ganar masa muscular y fuerza. Sin embargo, un reciente estudio liderado por la Universidad de La Frontera en colaboración con la Universidad de Maastricht, Países Bajos, mostró que cuando se hace un trabajo individualizado y progresivo, el músculo esquelético todavía responde ante eso y pueden aumentar su masa muscular esquelética, al igual que cualquier otro grupo etario.
Esta es la conclusión de un análisis liderado por el académico del Departamento de Ciencias de la Rehabilitación de la Facultad de Medicina de UFRO, Gabriel Marzuca, dado a conocer en la revista International Journal of Sport Nutrition and Exercise Metabolism y que además fue publicado en el prestigioso diario estadounidense The Washington Post.
El informe, además, releva la importancia del ejercicio físico en la tercera edad, segmento que se espera que represente más del 30% de la población en Chile al 2050, de acuerdo con proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas.
En detalle, este estudio siguió la evolución durante tres meses de 29 personas de La Araucanía (nueve hombres y 20 mujeres) tras realizar entrenamientos de fuerza guiados tres veces por semana. En específico, fueron 17 de tercera edad –entre 65 a 75 años- y 12 de cuarta edad –mayores de 85 años-. Estos participantes no debían tener un deterioro cognitivo o alguna patología que impidiera desarrollar de manera segura el entrenamiento con ejercicios de fuerza de alta intensidad.
Además, los voluntarios debían vivir en la comunidad, lo que implicaba que no estuvieran en casas de reposo o residencias de personas mayores, y que su IMC estuviera entre 18,5 y 30 kg/m2, es decir, entre normal y sobrepeso. “Hubo personas con hipertensión arterial y diabetes que participaron del estudio, pero con sus patologías de base controladas y autorizadas por el Dr. Jorge Sapunar, médico del estudio”, explica Gabriel Marzuca, kinesiólogo y doctor en Ciencias de la Fisiología Humana.
Todos los voluntarios, quienes no habían ejercitado con pesas regularmente antes, realizaron 12 semanas de entrenamiento de resistencia (o también conocidos como entrenamientos de fuerza) para todo el cuerpo. En detalle, las sesiones contemplaban, en primer lugar, un calentamiento en bicicleta, para posteriormente avanzar en series de ejercicios, primero de piernas –por ejemplo, de extensión de rodillas y prensa de piernas- donde comenzaban con el 50% del peso máximo que podían levantar en una evaluación inicial, para ir aumentándolo conforme pasaban las semanas de ejercicio.
Posterior al trabajo de piernas, continuaban con ejercicios de brazos, como prensa de pecho, pulldown lateral o remo. Una vez terminada la rutina y previo a que volvieran a sus hogares, los voluntarios hacían una ronda de ejercicios de flexibilización de grandes grupos musculares y se les tomaban sus signos vitales.
“Logramos demostrar que el músculo esquelético puede crecer, independiente de la edad, después de hacer ejercicio con entrenamiento de fuerza”, apunta el investigador UFRO.
Para cuantificar estos resultados, los investigadores realizaron dos pruebas. Por un lado, midieron con un escáner en la zona media del cuádriceps, donde las cifras mostraron que hubo un aumento de un 10% para las personas de 65 a 75 años y un 11% para los mayores de 85 años. Esto significa que “ambos grupos aumentaron significativamente la masa muscular en esa zona”, comenta el académico UFRO.
Adicionalmente, se les hizo una medición de la masa muscular por medio de examen de densidad ósea (DEXA), donde “vimos que hubo un aumento de un 2% de la masa muscular del cuerpo completo tanto en los de 65 a 75 años como en los de 85 años para arriba”, puntualiza.
Asimismo, a los participantes se les realizaron tomografías de la parte superior de la pierna y de algunas zonas de la región lumbar de la columna, así como muestras de sangre en ayuno para determinar marcadores bioquímicos e inflamatorios y evaluaciones para conocer la masa magra y grasa de cada uno.
“Nuestra hipótesis era que ambos grupos de personas mayores de tercera y cuarta edad se beneficiarían con este entrenamiento, pero los de la cuarta edad se beneficiarían en un menor porcentaje debido a su mayor cantidad de años y de acuerdo a lo descrito en la literatura. Para sorpresa nuestra, con este entrenamiento las personas de ambos grupos aumentaron su masa muscular, fuerza muscular y rendimiento físico sin diferencias entre ellos”, revela el investigador.
El estudio impactó además en la calidad de vida de las personas mayores, ya que “cuando se aumenta la masa muscular esquelética sin duda se tendrá más fuerza y mayor rendimiento físico para desarrollar las actividades de la vida diaria de mejor manera y de paso lograr una mayor independencia y disminuir posibles costos socio-sanitarios”, dice Dr. Marzuca, quien además es integrante del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES) del Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH) y miembro de las sociedades chilenas de Geriatría y Gerontología, Ciencias Fisiológicas, Endocrinología y Diabetes, entre otras.
“Como Universidad de La Frontera hemos venido trabajando durante la última década para potenciar el alcance de nuestras investigaciones en el ámbito de la ciencia que tiene aplicación real en las personas, en este caso, en temas de salud de adulto mayor, de modo de generar el mayor impacto posible en la sociedad”, sostiene por su parte el Vicerrector de Investigación y Postgrado de UFRO, Rodrigo Navia.
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