“Estamos en un punto donde, o la sociedad se torna más desigual, con algunos pocos administrando los activos digitales, o más equilibrada, donde muchos tomarán ventaja de las actuales tecnologías y desarrollan sus propios activos digitales.. Sin embargo, para que esto sea posible, es imprescindible, por un lado, adoptar políticas públicas y privadas que vayan hacia esa dirección, y, por otro, generar mallas curriculares académicas que incluyan aprendizajes con IA desde edades tempranas. De esta forma, podremos encaminar esta tecnología para que apoye y aumente la diversidad de talentos, especialmente de mujeres, y no sólo esté enfocada en reemplazarla y automatizarla”, reflexiona Edmundo Barrientos, con cerca de 15 años de experiencia desarrollando soluciones tecnológicas educativas en Chile y Estados Unidos, especializado en Inteligencia Artificial (IA) en el ámbito del aprendizaje en las organizaciones educativas y empresas.
Aproximadamente el 80% de los trabajos desempeñados por mujeres a nivel mundial podrían enfrentar riesgos con la introducción de la Inteligencia Artificial generativa, según un estudio llevado a cabo por Goldman Sachs Group en 2023. Este fenómeno se atribuye a que, según la investigación, las mujeres ocupan roles y posiciones que se consideran más susceptibles a la automatización impulsada por la IA.
Por otro lado, en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Centro Minderoo para la Tecnología y la Democracia de la Universidad de Cambridge y Oxford, y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Unesco ha elaborado el informe “Los efectos de la IA en la vida laboral de las mujeres”. Este documento desglosa conclusiones tanto interesantes como inquietantes: “los sistemas IA pueden tener un efecto de género en lo laboral, el cuidado y el empleo doméstico. Dado que el diseño de la IA puede estar condicionado por el entorno cultural y laboral, estos sistemas pueden reforzar sesgos de género preexistentes que afectarían a la mujer”.
Este informe además hace un llamado urgente a los sectores públicos, privados y académicos para hacer esfuerzos que se encaminen a garantizar la participación de las mujeres en la economía digital.
Por otro lado, la participación de la mujer en ciencias que aplican IA, hasta ahora, también es baja. De acuerdo a cifras entregadas por ONU Mujeres, tan sólo el 22% de la comunidad científica del campo de la IA son mujeres, es decir, 1 de cada 5 que hace ciencia en IA, es mujer.
Todo lo anterior ha llevado a que mujeres científicas impulsen el movimiento global de “inteligencia artificial feminista”, con el propósito de visibilizar esta brecha y trabajar para impulsar la participación femenina en esta tecnología no sólo en las ciencias, sino que en toda actividad económica.
Bajo este contexto, cabe preguntarse ¿La IA llegó realmente a aportar en la construcción de una sociedad con una mayor equidad de género o a generar mayores brechas?
Edmundo Barrientos, con cerca de 15 años de experiencia desarrollando soluciones tecnológicas educativas en Chile y Estados Unidos, especializado en Inteligencia Artificial (IA) en el ámbito del aprendizaje en las organizaciones educativas y empresas, explica que “la inteligencia artificial (IA) emerge como una herramienta transformadora y estamos en un punto donde, o la sociedad se torna más desigual, con algunos pocos administrando los activos digitales, o más equilibrada, donde muchos tomarán ventaja de las actuales tecnologías y desarrollan sus propios activos digitales.ante una oportunidad única para generar una sociedad mucho más justa e igualitaria. Sin embargo, para que esto sea posible, es imprescindible, por un lado, adoptar políticas públicas y privadas que vayan hacia esa dirección, y, por otro, generar mallas curriculares académicas que incluyan aprendizajes con IA desde edades tempranas. De esta forma, podremos encaminar esta tecnología para que apoye y aumente la diversidad de talentos, especialmente de mujeres, y no sólo esté enfocada en reemplazarla y automatizarla. ”.
“Es importante enfatizar que la IA puede ser dirigida, programada o desarrollada para mitigar sesgos y estereotipos, fomentando un ambiente más inclusivo. Además, al automatizar procesos de selección y evaluación, se abre la puerta a la identificación y promoción de habilidades diversas, independientemente del género o trasfondo cultural. Al impulsar la igualdad de oportunidades, la inteligencia artificial se posiciona como una herramienta clave para construir entornos laborales más justos y representativos”, agrega el especialista.
Por otro lado, “la aplicación de análisis de datos con IA facilita la detección y corrección de posibles brechas salariales de género, mientras que los algoritmos de recomendación contribuyen a promover un desarrollo profesional equitativo. La IA también puede monitorear el clima laboral, identificar sesgos en decisiones algorítmicas y respaldar programas de conciliación laboral y familiar. Al asegurar la transparencia y equidad en todas las fases de gestión de recursos humanos, la empresa puede cultivar un entorno inclusivo que promueva la diversidad de género y la igualdad de oportunidades para todos los empleados”, puntualiza.
Educación con IA: un impulso hacia la equidad
Por otra parte, la Inteligencia Artificial posee un gran potencial para hacer que la educación y el aprendizaje sean más inclusivos, brindando así una mayor accesibilidad a todas las personas en la sociedad.
“La educación con (IA) podría respaldar la equidad de género al ofrecer acceso igualitario a oportunidades educativas personalizadas, adaptándose a diversos estilos de aprendizaje. La eliminación de sesgos en la evaluación mediante algoritmos imparciales contribuye a valorar las capacidades de manera más equilibrada, mientras que la personalización de entornos de aprendizaje fomenta la participación y confianza, especialmente en áreas tradicionalmente marginadas para las niñas o mujeres”, comenta el experto.
“Además, la identificación temprana de posibles brechas de género y el desarrollo de habilidades tecnológicas promueven la igualdad de oportunidades, cerrando la brecha de género en campos STEM. La flexibilidad en el aprendizaje también facilita la conciliación entre responsabilidades familiares y educativas, creando un entorno educativo inclusivo que impulsa la equidad de género a lo largo de la trayectoria educativa”, finaliza.
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