“La calidad se erige como un pilar esencial para garantizar la seguridad, durabilidad y eficiencia de los proyectos constructivos”, indica Cristian Harnisch, gerente general.
Los indicadores de calidad son herramientas esenciales para medir, mejorar y controlar la calidad en los proyectos de construcción civil. Estos parámetros ayudan a garantizar la excelencia y la satisfacción del cliente, proporcionando una visión clara y objetiva del progreso y la eficacia del proyecto.
Su implementación mejora la toma de decisiones basada en datos concretos, facilita la identificación temprana de problemas y riesgos, promueve la mejora continua en los procesos de construcción, aumenta la transparencia y la confianza con los clientes y stakeholders, contribuye la optimización de recursos y reducción de costos.
Así, los 12 indicadores que se utilizan para evaluar la calidad en proyectos de ingeniería civil, son:
Este indicador evalúa la adherencia al calendario planificado, midiendo retrasos y anticipaciones en las diferentes etapas del proyecto, siendo crucial para mantener la confianza del cliente, coordinar eficientemente los recursos y subcontratistas, y evitar multas por retrasos.
Se puede medir utilizando métricas como el Índice de Rendimiento del Cronograma (SPI) o el porcentaje de hitos alcanzados a tiempo.
Compara los costos reales con los estimados, identificando desviaciones y oportunidades de optimización financiera. Este indicador es vital para mantener la rentabilidad del proyecto, identificar áreas de sobrecosto o ahorro y mejorar la precisión de futuras estimaciones.
Se puede evaluar mediante el Índice de Rendimiento del Costo (CPI) o el porcentaje de variación del presupuesto.
Mide la frecuencia y gravedad de los incidentes de seguridad, promoviendo un ambiente de trabajo más seguro. Es importante para mantener un programa de Prevención de Riesgos Laborales, para proteger la integridad de los trabajadores y reducir costos asociados a accidentes y seguros.
Se puede medir a través de la Tasa de Frecuencia de Accidentes (TFA) o el Índice de Gravedad de Accidentes (IGA).
Evalúa la percepción del cliente sobre la calidad del trabajo y el cumplimiento de sus expectativas. Sirve para mejorar la reputación de la empresa, fomentar la lealtad del cliente y recomendaciones e identificar áreas de mejora en el servicio.
Se puede medir mediante encuestas de satisfacción, Net Promoter Score (NPS) o el número de reclamaciones recibidas.
Asegura que los materiales utilizados cumplan con los estándares y especificaciones requeridos. Este indicador es esencial para garantizar la durabilidad y seguridad de la construcción, cumplir con normativas y códigos de construcción, reducir costos a largo plazo por mantenimiento y reparaciones.
Se puede evaluar mediante pruebas de laboratorio, certificaciones de calidad o el porcentaje de materiales rechazados.
Mide el consumo de energía durante la construcción y la eficiencia energética del proyecto finalizado. Es importante para: reducir el impacto ambiental del proyecto, cumplir con regulaciones de sostenibilidad, disminuir costos operativos a largo plazo.
Se puede evaluar mediante el consumo de energía por metro cuadrado o certificaciones como LEED o BREEAM.
Evalúa la eficacia en la reducción, reciclaje y disposición de residuos de construcción. Sirve para minimizar el impacto ambiental, cumplir con regulaciones de manejo de residuos, optimizar costos asociados a la disposición de desechos.
Se puede medir a través del porcentaje de residuos reciclados o la cantidad de residuos generados por metro cuadrado de construcción.
Mide la eficiencia del equipo de trabajo en relación con los objetivos del proyecto. Es importante para optimizar el uso de recursos humanos, identificar áreas de mejora en los procesos, mantener la competitividad en el mercado.
Se puede evaluar mediante métricas como horas-hombre por unidad de trabajo completada o el valor agregado por trabajador.
Asegura el cumplimiento de los estándares ISO 9001 y regulaciones locales e internacionales. Este indicador es vital para evitar sanciones legales y multas, mantener la integridad y seguridad del proyecto, fortalecer la reputación de la empresa.
Se puede medir a través del número de no conformidades en inspecciones o el porcentaje de cumplimiento de normativas.
Evalúa la implementación de nuevas tecnologías y métodos para mejorar la eficiencia y calidad. Es importante para mantener la competitividad en el mercado, mejorar la eficiencia y precisión en los procesos, reducir costos a largo plazo.
Se puede medir mediante el número de nuevas tecnologías implementadas o el porcentaje de presupuesto dedicado a innovación.
Mide la resistencia y longevidad de la estructura a largo plazo. Este indicador es crucial para garantizar la satisfacción del cliente a largo plazo, reducir costos de mantenimiento y reparación, mejorar la sostenibilidad del proyecto.
Se puede evaluar mediante pruebas de resistencia, simulaciones de durabilidad o el seguimiento post-construcción.
Evalúa el efecto del proyecto en el medio ambiente y las medidas de mitigación implementadas. Es importante para cumplir con regulaciones ambientales, mejorar la sostenibilidad del proyecto, fortalecer la imagen corporativa.
Se puede medir a través de la huella de carbono del proyecto, el uso de materiales sostenibles o el impacto en la biodiversidad local.
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