¿Avanzando o solo conectados?

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Danilo Naranjo, presidente ejecutivo de Wingsoft

Chile ha alcanzado un hito impresionante: el 96,5% de los hogares tiene acceso a Internet. Un salto enorme si consideramos que en 2015 esta cifra era del 29,8%. Sin duda, es un logro que demuestra el avance en infraestructura digital y el acceso a la tecnología. Pero, más allá del titular optimista, ¿qué estamos haciendo con esta conectividad? ¿Nos está sirviendo para desarrollar educación de calidad, impulsar el emprendimiento o fomentar una sociedad creativa?

El acceso no es sinónimo de aprovechamiento. Tener conexión a Internet no garantiza que estemos utilizando esta herramienta para expandir el conocimiento o generar nuevas oportunidades. En un país donde el sistema educativo aún depende de metodologías obsoletas y donde el emprendimiento sigue siendo un camino difícil por falta de acceso a educación financiera, mentorías o redes de apoyo, la pregunta es clara: ¿estamos realmente avanzando o solo estamos conectados?

Como lo señala Stanislas Dehaene (Neurocietífico francés) el aprendizaje no se trata solo de recibir información, sino de consolidar conocimientos a través de la exploración, el error y la creatividad. Y aunque en Chile somos líderes en pensamiento creativo dentro de Latinoamérica, según la prueba PISA, nuestro sistema educativo sigue enfocándose en memorización y no en experimentación. Un niño con acceso a internet hoy podría aprender a programar, desarrollar un modelo de negocio o explorar nuevas fronteras del conocimiento. Sin embargo, la escuela lo sigue preparando para un mundo de trabajos que están desapareciendo, en lugar de potenciar su capacidad de crear y solucionar problemas reales.

El problema no es la falta de herramientas, sino la falta de visión. Con una conexión casi universal, Chile tiene el potencial de ser una sociedad de innovadores, pero seguimos atados a un modelo que premia la obediencia por sobre la creatividad, que educa para cumplir reglas en vez de desafiar paradigmas.

Tener Internet en casi todos los hogares nada significa si no lo usamos para empoderar a las personas. ¿Por qué no enseñar en las escuelas cómo monetizar habilidades digitales, cómo usar la IA para resolver problemas o cómo crear startups desde jóvenes? Un caso concreto: PegaYa, startup creada por jóvenes del Colegio Puente Maipo y de la Fundación 9 House. ¿Por qué no fomentar más plataformas donde los niños y jóvenes puedan aprender de sus propias pasiones en lugar de seguir un currículum rígido y desconectado del mundo real?

El acceso a Internet no debe ser un simple dato en una encuesta de Subtel, Debe ser un puente hacia el desarrollo de los sueños, la educación del futuro y la creación de un ecosistema emprendedor real. Si seguimos viendo la conexión como un logro en sí mismo, sin preocuparnos por cómo se usa, estaremos cayendo en la trampa de la ilusión del progreso sin impacto real.

Ya no basta con celebrar el acceso a internet. Es momento de transformar esta conexión en una verdadera herramienta para el desarrollo. Debemos educar para la creatividad, para la innovación y para la construcción de un futuro donde cada niño, joven o adulto vea en Internet una ventana a sus sueños y no solo a redes sociales o entretenimiento pasivo.

No nos quedemos en las cifras. Conectemos a Chile con oportunidades, con visión de futuro y con un modelo educativo que fomente la ilusión, el emprendimiento y la exploración.