Una plataforma creada desde Algarrobo se hace camino en la industria de propiedad intelectual global. Su fundador, un emprendedor serial que ya hizo historia en Silicon Valley, ahora quiere nivelar la cancha para los innovadores del hemisferio sur.
Santiago, abril 2025. Por décadas, los sistemas de propiedad intelectual han estado diseñados —y dominados— por el hemisferio norte. Estados Unidos, Europa y Asia concentran más del 90% de las solicitudes de patentes del mundo. Controlan las bases de datos, los procedimientos, el lenguaje técnico y el tiempo. En América Latina, la historia ha sido otra: investigadores, startups y universidades enfrentan largos tiempos de espera y altos costos.
Desde Chile, una startup quiere cambiar eso.
Patentia, fundada por el emprendedor serial Francisco Sáez, busca automatizar el análisis de patentabilidad para inventores, startups y universidades en economías emergentes. Su promesa es simple, pero ambiciosa: convertir un proceso engorroso y técnico —que hoy toma hasta meses y requiere abogados especializados— en algo tan accesible como una búsqueda en Google. “Después de vender mi primera startup y ver otras fracasar, llegué a la conclusión que las buenas ideas no despegan solo por falta de capital o talento, sino porque no sabemos si vale la pena protegerlas. El sistema no es transparente. Y eso mata la innovación antes de que nazca”, dice Sáez, fundador y CEO de Patentia.
La plataforma combina inteligencia artificial, y análisis de patentabilidad en base a estándares de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual. La plataforma opera con una base de datos global centralizada y algoritmos propietarios de análisis, que permiten evaluar en tiempo real si una invención tiene potencial de ser protegida a través de una patente. En cuestión de horas, los usuarios reciben un informe claro, y accionable, con una capa de análisis nunca antes vista en el mercado. “Cuando fui parte de InnovaChile en Corfo, asignamos millones de dólares cada año a proyectos de innovación empresarial. Pero el presupuesto siempre fue limitado, y lo sigue siendo. Entonces, ¿cómo lograr más impacto con los mismos recursos? Hoy, con los análisis de patentabilidad de Patentia, es posible entregar a quienes innovan mejores insights y en menos tiempo, acelerando así el camino hacia innovaciones más valiosas”, destacó Andrés Benavides-Yates, ex Innova Corfo.
El proceso está diseñado para integrarse desde el día uno en el ciclo de innovación de universidades, centros de I+D, startups y estudios de Propiedad Intelectual-. “Estamos ayudando a que los inventores no naveguen a ciegas. Nuestra misión no es sólo técnica, es cultural. Todos somos inventores, y en la era de la IA, proteger las invenciones está siendo cada vez más necesario.”, agrega Sáez.
Patentia ha demostrado un ahorro de tiempo promedio del 95% frente al análisis tradicional, con más de 100 ideas analizadas desde su piloto. Esto atrajo rápidamente inversionistas que dieron un primer empujón con 150 mil dólares para validar el mercado con su tecnología revolucionaria. Gracias a los resultados obtenidos, la empresa hoy está desarrollando sus primeras ventas junto con el proceso para levantar la siguiente ronda. “La oportunidad es tan grande, que buscamos acelerar la nuestra expansión de forma exponencial”, comentó uno de los inversionistas
Francisco Sáez no es nuevo en esto. Su primer “exit” fue en 2014 con Nixter, una app de ticketing que llegó a Silicon Valley y se convirtió en caso de estudio. Luego lideró Umbo, una startup de hardware para hogar inteligente, y CryptoMarket, hoy uno de los exchanges más grandes de la región. “He fallado, he crecido, he vendido empresas y he cerrado otras. Y en todo ese viaje me encontré con lo mismo: muchas ideas buenas mueren por no saber cómo protegerlas”, dice. Patentia es su intento de resolver ese dolor de raíz, a escala continental.
El desafío que Francisco tiene por delante no es menor, ya que los sistemas de propiedad intelectual están plagados de burocracia. Pero también es una industria que, precisamente por eso, representa una oportunidad invaluable. “Hoy, innovar desde América Latina aún es una desventaja estructural. Pero si Patentia logra su cometido, el próximo unicornio regional podría nacer con su patente ya en mano”, concluyó Sáez.