¿Quién decide cuando no hay voluntad expresa?

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El estrés de las decisiones post mórtem y cómo evitarlas

  • En Chile, la falta de voluntad expresa sobre qué hacer tras la muerte puede generar tensiones familiares, retrasos y decisiones difíciles.

  • En este contexto, experta de Acoger Círculo Funerario explica cómo la planificación anticipada, especialmente para la cremación, se ha simplificado y se vuelve clave para evitar conflictos en momentos de duelo.

Pocos temas generan tanto estrés familiar como decidir qué hacer con el cuerpo de un ser querido que acaba de fallecer, especialmente cuando no dejó instrucciones claras.

¿Cremación o entierro? ¿Dónde y cómo? ¿Quién tiene la última palabra? En medio del dolor, la urgencia y las dudas, las decisiones post mórtem pueden desatar tensiones inesperadas. Pero hoy, planificar con anticipación es más simple que nunca.

“Desde la pandemia, uno de los grandes avances ha sido la simplificación del trámite para autorizar una cremación,” explica Constanza Rodríguez, de Acoger Círculo Funerario, una red de cementerios católicos con más de 18 años de experiencia y pionera en planificación anticipada. “Ahora, con una declaración jurada simple, que puede firmar directamente en el cementerio, las familias no tienen que pasar por notarías, lo que hace todo mucho más fácil en un momento difícil”, explica.

Por ello, la experta recomienda que quienes deseen optar por la cremación dejen manifestados sus deseos mediante una declaración de última voluntad ante notario.

“Esto evita que la familia tenga que tomar decisiones complicadas en un instante de mucho dolor y confusión”, recalca. Además, es clave conversar con los seres queridos sobre estas decisiones con anticipación, para que todos estén preparados y puedan respetar esos deseos.

En términos prácticos, la cremación simplifica la logística. No es necesario preparar una sepultura ni pagar gastos inesperados.

“Las familias pueden elegir el momento para la ceremonia, hacer un solo pago por el servicio y, además, optar por una alternativa más ecológica y económica,” indica Constanza.

Pero ¿qué ocurre cuando no hay una voluntad expresa? En ese caso, entra en juego la ley chilena, que establece un orden de precedencia para decidir. “Si estaba casada, el cónyuge tiene la facultad; si no, los hijos, y así sucesivamente,” explica Constanza.

El problema es que este esquema legal no siempre se traduce en una resolución pacífica. “Lo más común es que surjan desacuerdos sobre si se debe elegir cremación o entierro. O puede pasar que quien tiene la autoridad legal se niegue a firmar o esté difícil de localizar, lo que retrasa y complica todo”, advierte la experta.

Por eso, desde Acoger insisten en que hablar de la muerte no es un tema tabú, sino un acto de amor.

Planificar con tiempo y dejar voluntad expresa puede evitar conflictos, facilitar los procesos y, sobre todo, dar tranquilidad a quienes se quedan. Porque cuando se trata de despedidas, lo más importante es hacerlo en paz.

Hablar de la muerte no es fácil. A nadie le gusta pensar en la partida de un ser querido, y muchas veces preferimos evitar el tema, esperando que cuando llegue el momento simplemente sabremos qué hacer.

Pero justamente por eso es importante conversar a tiempo. “Decidir con calma y sin miedo antes de que llegue el momento permite que todo sea más llevadero”, comenta Constanza.

En Acoger, contamos con un servicio de planificación anticipada que ofrece asesoría personalizada, pensado para acompañar a las familias en este proceso. “Saber que ante el fallecimiento solo basta una llamada para activar lo ya acordado brinda una enorme tranquilidad, tanto emocional como práctica”, concluye.

Para más información:

www.acoger.cl