La importancia de un último adiós significativo y sin prisa

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Por: Nicolás Bergerie, Gerente General de Acoger, red de cementerios católicos con más de 18 años de experiencia y pionera en planificación anticipada.

Dicen que la forma en que despedimos a nuestros seres queridos dice mucho del amor que sentimos por ellos.

A lo largo de mi experiencia en Acoger, red de cementerios católicos he acompañado a muchas familias en ese momento tan delicado, y he visto cómo un último adiós bien pensado puede marcar una diferencia profunda en el proceso de duelo.

No se trata sólo de un ritual, sino de una oportunidad para honrar la vida, los recuerdos y los vínculos que permanecerán para siempre.

Sin embargo, cuando la despedida nos toma por sorpresa, muchas veces el dolor se mezcla con decisiones apuradas.

En esos instantes, lo urgente suele imponerse sobre lo importante, y lo que podría ser un momento significativo se convierte en una sucesión de trámites.

Es por eso que la planificación anticipada es un acto de amor en vida: nos permite decidir con calma cómo queremos que sea ese último homenaje, aliviar a nuestros seres queridos de una carga emocional y económica, y asegurarnos de que la ceremonia refleje realmente quiénes fuimos.

En nuestra red de cementerios católicos, con más de 18 años de trayectoria, hemos visto cómo cada detalle cuenta: la música, las palabras, el lugar, los gestos simbólicos. Un último adiós significativo no se mide en grandeza, sino en autenticidad.

A veces basta con una canción que siempre unió a la familia, una carta leída en voz alta o un rincón lleno de fotografías. Son esas pequeñas cosas las que ayudan a sanar.

Por otro lado, elegir la cremación puede ser también un gesto de respeto hacia el medio ambiente, una opción más sostenible que conecta con quienes buscan despedidas simples, conscientes y abiertas a distintas miradas espirituales.”

La muerte sigue siendo un tema incómodo para muchos, pero hablar de ella en vida nos permite despedirnos de una manera más humana y menos improvisada.

Un último adiós bien pensado no es un final abrupto, sino el cierre amoroso de una historia compartida. Y, como toda historia importante, merece ser contada con cuidado, respeto y amor.

Para más información:

www.acoger.cl