Más allá del brillo y el tamaño, elegir diamantes implica conocer criterios técnicos, certificaciones y alternativas que pueden marcar la diferencia entre una buena inversión y una mala decisión.
Pablo Cáceres, socio fundador de Joyería Cáceres Salazar, revela qué mirar y qué evitar al momento de escoger la joya ideal.
Los diamantes han sido símbolo de amor eterno y lujo por siglos. Pero a la hora de comprar un anillo de compromiso con diamantes, no basta con dejarse llevar por la primera impresión.
Pablo Cáceres es Socio Fundador de Joyería Cáceres Salazar. Se trata de una empresa familiar que ofrece una experiencia única y personalizada en la búsqueda y creación de argollas de matrimonio y anillos de compromiso. Comparte las claves para no equivocarse en un mundo donde abundan mitos, modas y confusiones.
“Lo más importante es entender las 4C del diamante”, explica. Se trata de cuatro criterios universales. Corte, que define el brillo. Color, cuyo mayor valor se da mientras más cercano esté a la ausencia de tono. Claridad, que mide las inclusiones o imperfecciones. Y carat, el peso en quilates”, explica el profesional.
“Un diamante con un corte excelente refleja mejor la luz y se ve más vivo. Pero además de las 4C, hay dos factores igual de fundamentales.- La certificación internacional y la confianza en la joyería. En nuestro caso, acompañamos a cada cliente explicándole en detalle qué está comprando, porque la transparencia genera tranquilidad”, agrega.
Un punto clave al momento de comprar un diamante es la certificación internacional. Sellos como GIA, IGI o HRD garantizan que la piedra cumple con lo prometido en cuanto a corte, color, claridad y quilates. Esto entrega al comprador la seguridad de que su inversión corresponde realmente al valor de la joya. Esta certificación funciona como una especie de “carnet de identidad” del diamante. Es donde se detalla de forma objetiva cada una de sus características.
Pero más allá de la técnica, la elección de la joyería también marca la diferencia. La confianza en un lugar con trayectoria y taller propio asegura transparencia y respaldo en todo el proceso.
“En Joyería Cáceres Salazar acompañamos a cada cliente explicándole en detalle qué está comprando, porque la transparencia genera tranquilidad”, destaca Pablo Cáceres.
Por otro lado, el mercado ha evolucionado y hoy existen alternativas cada vez más valoradas.
“Los diamantes de laboratorio son químicamente idénticos a los naturales, pero a un precio hasta un 40% menor y con menor impacto ambiental. También está la moissanita, una gema muy brillante, casi indistinguible a simple vista, pero mucho más accesible”, detalla Cáceres.
“Muchos novios hoy en día prefieren el diamante de laboratorio por el balance entre belleza, durabilidad y costo”, cuenta.
¿Y cuáles son los errores más comunes? Según el joyero, fijarse solo en el tamaño es uno de ellos. “Un diamante grande pero mal cortado o con baja claridad puede lucir opaco. El brillo importa al igual que el peso”. También menciona la importancia de exigir certificación, pedir asesoría personalizada y no olvidar el engaste. “La forma en que está montado el diamante puede realzar o apagar su belleza”.
Para Cáceres, el consejo final es claro. “Un anillo de compromiso o de matrimonio es una joya para toda la vida. Vale la pena tomarse el tiempo de elegir bien, con la información correcta y la guía adecuada”.
Para más información y descubrir los anillos de compromiso:
www.joyeriacs.cl
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