La bolsa reutilizable: cuando el packaging se convierte en un emblema de marca y sostenibilidad

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bolsa reutilizable

bolsa reutilizablePor Adela Rogers, Gerente de Marketing y Sostenibilidad de Unibag

En el mundo del retail, solemos pensar en la bolsa como un simple soporte logístico. Un objeto destinado a transportar productos del punto de venta a la casa del consumidor. Sin embargo, hoy esa mirada resulta limitada. La bolsa reutilizable ha dejado de ser un accesorio para convertirse en un canal estratégico de marca y sostenibilidad.

De acuerdo con el Global Buying Green Report 2023, el 82% de los consumidores está dispuesto a pagar más por envases sostenibles. Cifra que se eleva al 90% entre la generación Z. No hablamos de una moda pasajera. Sino de una transformación profunda en la forma en que los clientes eligen con quién se relacionan. Y a quién entregan su confianza.

Una bolsa reutilizable no solo cumple una función práctica. Es un anuncio itinerante que circula por el metro, la oficina o una reunión familiar. Cada vez que se usa, refuerza la visibilidad de la marca. Y recuerda al consumidor que esa empresa comparte sus valores.

A diferencia de un flyer que se desecha en minutos o de un banner digital que desaparece en segundos.

Este soporte vive en el día a día de las personas. Construyendo una conexión emocional que trasciende al momento de la compra.

El gran desafío para las empresas es comprender que no se trata de un costo operativo, sino de una inversión estratégica. La elección de materiales, el diseño y la personalización determinan si esa bolsa será percibida como un objeto descartable o como un símbolo de fidelización.

Hoy vemos dos tipos de marcas. Aquellas que aún consideran la bolsa como un gasto necesario. Y aquellas que la entienden como una oportunidad de diferenciarse, proyectar compromiso ambiental y construir valor a largo plazo. No es casualidad que estas últimas sean las que generan mayor cercanía con sus clientes.

El retail del futuro no se medirá únicamente en transacciones. Sino en la capacidad de generar conexiones significativas. En ese escenario, la bolsa reutilizable se alza como un símbolo vivo. Habla, acompaña y recuerda al consumidor por qué eligió esa marca y no otra.

Porque al final del día, no es solo una bolsa lo que entregamos: es identidad, propósito y sostenibilidad.