Con la llegada de las Fiestas Patrias y los días libres que disfrutan los escolares, muchos padres buscan actividades, como leer en vacaciones.
Estas deben además de entretener, aporten al desarrollo de sus hijos. En ese escenario, la lectura se presenta como una herramienta clave. Sobre todo cuando se cultiva desde edades tempranas. Todo, bajo un enfoque que privilegia la curiosidad y el disfrute por sobre la obligación.
Colegio Epullay es referente en Chile en la enseñanza basada en el Método Montessori. Los libros se introducen como parte de la vida cotidiana y no como una exigencia académica.
“La clave está en ofrecer a los niños un ambiente preparado, con materiales adecuados y libertad para explorar a su propio ritmo. La lectura no se enseña de manera tradicional, se descubre de forma natural”, explica Paulina Bobadilla, Directora de Casa de los Niños del Colegio Epullay, con más de 30 años de experiencia en esta pedagogía.
Leer por gusto y no por obligación
En el modelo Montessori, los niños acceden a libros adaptados a su desarrollo. Además pueden elegir según sus intereses.
En lugar de memorizar letras y sonidos, utilizan materiales sensoriales. Ello facilita una comprensión intuitiva del lenguaje.
“Los niños aprenden a leer cuando están listos, y lo hacen con entusiasmo y confianza”, señala Bobadilla.
El colegio implementa diversas estrategias para potenciar este proceso. Por ejemplo, la narración de cuentos en voz alta. También la exploración de textos en distintos formatos y la libertad de elección.
El objetivo es que la lectura se convierta en un hábito significativo. Capaz de acompañarlos toda la vida.
Más que una habilidad académica
El amor por los libros trae beneficios que van más allá del aula. Los estudios muestran que los niños que crecen rodeados de lectura desarrollan mejor comprensión, mayor concentración y pensamiento crítico. “Un niño que disfruta leer será un adulto con herramientas para aprender, cuestionar y crecer a lo largo de su vida”, enfatiza Bobadilla.
En estas Fiestas Patrias, el tiempo libre puede convertirse en una oportunidad para que los niños profundicen en su relación con los libros. Desde la mirada Montessori, la lectura no es solo un aprendizaje escolar, sino una puerta abierta a la imaginación, el conocimiento y la autonomía.