El comercio internacional, en particular el transporte marítimo, se encuentra en un momento de gran dinamismo.
Factores estacionales, festivos y geopolíticos se combinan y marcarán el comportamiento del transporte marítimo en las próximas semanas.
Tendrán impactos tanto a nivel global como en Chile.
En efecto, el segundo semestre del año suele venir acompañado de un aumento en la demanda global, lo que genera presión sobre tarifas, rutas y disponibilidad de espacio.
Este escenario es común en la industria, pero exige planificación temprana, proyección de cargas y flexibilidad de parte de los embarcadores.
En Chile, las celebraciones de Fiestas Patrias (16 al 20 de septiembre) ralentizarán las operaciones portuarias, aduaneras y terrestres.
Esto puede derivar en acumulación de contenedores y mayor congestión a la vuelta de las festividades, por lo que anticipar trámites y movimientos es clave.
Asimismo, la tensión entre Estados Unidos y Venezuela introduce un elemento de incertidumbre. Esto en las rutas de la costa oeste de Latinoamérica.
Aunque no existen restricciones inmediatas, el comercio internacional siempre responde a estos escenarios con ajustes en itinerarios y servicios.
Adicionalmente, la Golden Week (1–7 de octubre) representa uno de los hitos logísticos más relevantes a nivel mundial.
El cierre de fábricas y operadores genera un aumento de la demanda en las semanas previas. Blank sailings y ajustes de itinerarios, además de una recuperación más lenta, se verán marcadas por la masiva migración interna china.
Todos estos factores confluyen en un escenario exigente, pero no necesariamente complejo. La experiencia demuestra que, con información clara y oportuna, las empresas pueden anticiparse y tomar decisiones estratégicas.
Reservar con antelación, ordenar la documentación y mantener comunicación constante con sus equipos logísticos. Son medidas que permiten gestionar estos períodos con éxito.
En definitiva, el transporte marítimo seguirá enfrentando variaciones, pero la clave está en comprender que no se trata de imprevistos, sino de dinámicas propias de un comercio global en constante movimiento.