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En medio de un mercado lleno de imitaciones y piezas de baja calidad, reconocer si un anillo es realmente de oro puede marcar la diferencia entre una inversión segura y una gran decepción.
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Pablo Cáceres, fundador de Joyería Cáceres Salazar, comparte consejos prácticos para identificar la autenticidad de estas joyas tan cargadas de valor simbólico y emocional.
En un mundo donde la moda rápida y las imitaciones se multiplican, la joyería no está ajena a este fenómeno.
Cada vez es más común encontrar piezas que parecen de oro, pero que en realidad están fabricadas con metales de bajo costo o simples baños superficiales.
Para quienes buscan una argolla de matrimonio o un anillo de compromiso, esta diferencia no es menor: se trata de una decisión cargada de simbolismo y que, al mismo tiempo, implica una inversión importante.
“Los anillos de oro no son sólo accesorios, representan compromiso, unión y momentos únicos en la vida de las personas. Por eso, distinguir entre una pieza auténtica y una imitación es fundamental, no sólo en términos económicos, sino también emocionales”, explica Pablo Cáceres, Socio Fundador de Joyería Cáceres Salazar, empresa familiar que ofrece una experiencia única y personalizada en la búsqueda y creación de argollas de matrimonio y anillos de compromiso.
Para ello, el experto comparte las siguientes claves para reconocer un anillo auténtico:
Busca el sello de pureza
Los anillos de oro legítimos suelen tener grabado un sello que indica su quilataje, como “18K”, “14K” o “10K”. “El sello es la primera señal de autenticidad. Un 18K significa que la joya tiene un 75% de oro puro, mientras que un 14K corresponde a un 58,3%. Es información clave para que el comprador sepa qué está adquiriendo”, detalla el experto.
Haz la prueba del imán
El oro no es magnético. Si un anillo es atraído por un imán, probablemente se trate de otro metal. “Es un truco casero muy fácil de hacer, pero ojo, no es concluyente. Siempre hay que complementarlo con otras pruebas”, comenta Cáceres.
Observa el color y el brillo
“El oro tiene un brillo único, más cálido y profundo que las imitaciones. Cuando ves un tono apagado o demasiado opaco, hay que sospechar. Ahora bien, el oro rosa y el blanco son variaciones legítimas, con tonalidades distintas al amarillo tradicional”, agrega.
La prueba del ácido. Sólo para expertos
Existen kits especiales que permiten verificar la reacción del metal frente al ácido. El oro puro no se altera, mientras que las imitaciones sí muestran cambios. “Es un método que recomendamos solo en manos profesionales, porque se puede dañar la pieza”, advierte.
Consulta siempre a un profesional
“Al final, la mejor forma de despejar dudas es acudir a un joyero de confianza. Contamos con las herramientas y la experiencia para determinar la autenticidad y dar tranquilidad a quienes buscan una joya con significado”, enfatiza el fundador de Cáceres Salazar.
Mucho más que un valor monetario
La autenticidad de un anillo no sólo incide en su precio, también en la carga emocional que conlleva. “Un anillo de compromiso o una argolla de matrimonio es un símbolo de amor y unión. Saber que se trata de una pieza genuina le da un valor incalculable, porque acompañará a la pareja toda la vida”, concluye Pablo Cáceres.