Entre escenarios, entrenamientos y su compromiso con la Fuerza Aérea, el actor chileno vive un periodo que lo mantiene contento, lleno de desafíos y logros.
Cristián de la Fuente vive uno de los momentos más intensos de su vida. Mientras recorre distintas ciudades de México como parte de la gira del exitoso musical Perfume de Gardenia. Donde interpreta a dos personajes completamente distintos, el actor chileno también se prepara para su próximo gran desafío deportivo. Competir en el Ironman de Valdivia.
Pero no es todo. Recientemente, el actor hizo un viaje relámpago a Chile para cumplir un sueño.
De la Fuente acaba de ser ascendido a comandante de la Fuerza Aérea. Institución a la que pertenece desde hace 27 años.
“En la Fach soy parte de la cuadrilla Halcones, que fue creada para acercar a la institución con el mundo civil. Desde ahí yo aporto con mi experiencia y visión como comunicador”, cuenta.
Compatibilizar su carrera artística con la Fach y el deporte, no ha sido fácil. “Requiere tiempo, dedicación y esfuerzo, además de numerosos viajes a Chile para cumplir con mis días de servicio activo y las misiones que me corresponden en la institución. Por eso, alcanzar el grado de comandante representa para mí un logro profundamente significativo, compartido con orgullo por mi familia y mi círculo más cercano”.
Éxito en las tablas
Entre vuelos, ensayos y entrenamientos al amanecer, De la Fuente mantiene una rutina tan exigente como la propia obra en la que participa.
Perfume de Gardenia reúne a más de 70 artistas en escena. Incluida la legendaria agrupación de música tropical La Sonora Santanera. Además, de un elenco encabezado por Aracely Arámbula, David Zepeda, Jorge Salinas, Pablo Montero y César Évora, entre otros artistas mexicanos.
En este espectáculo, el chileno alterna entre dos papeles. Ricardo, el galán romántico que se enamora de Gardenia. Que es la protagonista de la historia. Además, a Tony, el carismático maestro de ceremonias del Cabaret Mamboo.
“En toda la gira hago la mitad como Tony y la otra mitad como Ricardo. Es una locura, pero me encanta. Son personajes completamente distintos y me permite explorar registros muy diferentes”, comenta el actor.
Antes de asumir esos roles, el chileno había interpretado a Freddy. Un trabajador del cabaret que sueña con ser vedette y que canta junto a la Sonora Santanera.
“Es un personaje entrañable, lleno de pasión por el baile y con una historia muy humana. Lo alternaba con el actor Julio Camejo y fue un desafío tremendo”, señala.
Ambientada en el México de los años 50, Perfume de Gardenia es un musical escrito por Francisco Oyanguren y producido por Omar Suárez. Rinde homenaje a la época dorada del cabaret.
La historia sigue a Gardenia Peralta, una joven que sueña con brillar en el escenario mientras enfrenta las intrigas de su ambiciosa tía Sonia Robles.
La nueva versión de Perfume de Gardenia revive el éxito que tuvo hace más de una década. Esto cuando llenó en dos ocasiones el Teatro Nokia de Los Ángeles.
Hoy, su retorno ha sido igual de aplaudido. Con presentaciones ante más de 2.000 espectadores por función en distintas ciudades mexicanas.
“Hay días en que tenemos dos funciones llenas. Es impresionante ver ese cariño del público, sentir su energía en vivo. Es algo que no te da la televisión ni el cine”, dice De la Fuente.
Para el actor, parte del éxito está en la conexión emocional que el espectáculo genera con públicos de distintas generaciones: “Cada integrante de la familia encuentra a un actor que admira o recuerda en la obra. Es un show enorme, con música, baile y nostalgia”.
Entre el escenario y el Ironman
Mientras recorre México con Perfume de Gardenia, Cristián mantiene su entrenamiento para el Ironman de Valdivia, disciplina que combina natación, ciclismo y maratón.
La preparación física se ha vuelto un reto casi tan demandante como sus roles en la obra.
“Compatibilizar esto con el entrenamiento ha sido una locura. A veces me levanto a las ocho de la mañana para correr antes de viajar o pedaleo antes de tomar un vuelo. Hay días que simplemente no se puede, pero intento mantenerme disciplinado”, cuenta.
Pese a la falta de descanso, el actor asegura que la experiencia lo compensa todo. “Es agotador, pero también tremendamente reconfortante. Tener trabajo, estar en un proyecto tan grande, con actores tan reconocidos, y sentir el cariño del público mexicano cada noche, es un privilegio”.