Personas mayores deben bañarse dos veces por semana
En Chile, el cuidado de la piel de las personas mayores se ha convertido en un tema prioritario.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la población de 65 años o más representa alrededor del 11,9 % de la población nacional. Para 2022, el 18,4 % de la población tenía 60 años o más. Cerca del 8 % presentaba dependencia severa, lo que evidencia la necesidad de hábitos de higiene adaptados a su condición.
La recomendación de los expertos en geriatría y cuidado de la piel es que una persona mayor saludable se bañe dos veces por semana.
Salvo que existan condiciones especiales como sudoración excesiva o actividad física intensa. Bañarse con mayor frecuencia puede generar sequedad extrema, irritación, mayor riesgo de infecciones y aumento de la fragilidad cutánea. Ello, afectando la calidad de vida y aumentando la vulnerabilidad a heridas y dermatitis.
“En nuestra institución vemos con frecuencia pieles muy resecas. Lesiones por fricción y zonas vulnerables en personas mayores que bañan todos los días. Sin necesidad real. El correcto hábito de higiene no es solo estético. Es prevención”, comenta Carolina Saravia, enfermera jefe de Clínica CATH.
Las heridas cutáneas constituyen un problema relevante entre las personas mayores.
En Chile, se estima que alrededor de 170.000 pacientes presentan algún tipo de herida o úlcera. Esto, incluye úlceras venosas, de pie diabético y por presión.
Un estudio sobre la prevalencia de úlceras por presión al egreso hospitalario señala que su incidencia ha crecido anualmente. Con un promedio de crecimiento del 11,33 % interanual entre 2001 y 2019.
En personas mayores, más del 90 % presenta algún trastorno de la piel o lesión que requiere cuidado.
Para prevenir daños, se recomienda usar agua tibia. También jabones suaves o sin perfume y aplicar cremas hidratantes inmediatamente después del baño.
En días intermedios puede realizarse una limpieza menos agresiva, por ejemplo con toallitas húmedas sin alcohol, especialmente en pliegues o zonas de presión.
“Una frecuencia moderada de baño, combinada con una buena hidratación y cuidado de los pliegues y zonas de presión. Esto, puede reducir notablemente la aparición de dermatitis, grietas y úlceras por presión. Además de favorecer el confort del paciente”, agrega Saravia.
La Clínica CATH, especialista en heridas de avanzada, enfatiza la importancia de realizar evaluaciones periódicas de la piel. Para así, mantener la movilidad mínima necesaria y cambiar de posición a las personas encamadas. O bien, con movilidad limitada para prevenir la formación de heridas asociadas a la dependencia.
El cuidado de zonas de apoyo como talones, codos y glúteos es fundamental. Al igual que el uso temprano de apósitos o sistemas de curación avanzada. Esto, si aparece cualquier herida que no cicatriza en menos de dos a cuatro semanas.
El cuidado correcto de la piel no solo mejora la calidad de vida de las personas mayores. También reduce la carga sobre el sistema de salud, evitando complicaciones que derivan en hospitalizaciones.
Ante una población que envejece rápidamente y presenta alta dependencia parcial o total, estas medidas simples, pero efectivas son fundamentales para asegurar un envejecimiento saludable, seguro y digno.




