
En Japón, Estados Unidos y países de Europa han priorizado el uso planificado del mantenimiento. Desde el diseño de estas infraestructuras, incorporando la vida útil para cada elemento. Y utilizando sistemas de protección anticorrosiva, como el galvanizado.
La forma en que los países diseñan, construyen y gestionan sus puentes ha evolucionado en las últimas décadas. A nivel internacional, la ingeniería ha ampliado su foco más allá de la resistencia estructural. Incorporando variables como durabilidad, resiliencia y costo del ciclo de vida. Esta mirada ofrece aprendizajes relevantes para Chile. Que cuenta con una red de más de ocho mil puentes y una robusta infraestructura vial.
En esa línea, las experiencias mundiales han mostrado que el uso estratégico del acero en las construcciones. Combinado con programas de mantenimiento que incluyan soluciones de protección. Como el galvanizado en caliente, generan un alto impacto.
Matías Valenzuela, jefe de la carrera de Ingeniería de Construcción y Transporte. De la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y vicepresidente de la Asociación Internacional de Ingenieros de Puentes y Estructuras IABSE. Explica que:
“El punto no está solo en construir puentes seguros. Sino también en asegurar que mantengan su desempeño durante toda su vida útil. Con menores intervenciones y mayor eficiencia en el uso de recursos. Por eso es relevante planificar el mantenimiento específico con cada tipo de solución de protección”.
Complementando, José Luis Seguel, directivo del Comité Nacional de Puentes y gerente general de JLS Ingeniería. Añade que: “El acero permite súper estructuras, más livianas y eficientes. Capaces de adaptarse a las diversas exigencias del diseño vial y a cumplir con los requisitos estructurales y aerodinámicos”.
Japón y Europa: el mantenimiento como parte del diseño
Japón es uno de los casos más citados por los expertos, particularmente por su experiencia en ingeniería sísmica y gestión de infraestructura. El país ha desarrollado un enfoque integral en el que los puentes se conciben considerando desde el inicio su operación. Inspección y protección a largo plazo destaca Matías Valenzuela. Un ejemplo es el puente Akashi Kaikyō, una de las mayores estructuras colgantes del mundo.
En Europa, la experiencia está marcada por condiciones climáticas severas: humedad, bajas temperaturas y sales para el deshielo.
Obras como los enlaces Storebælt y Öresund (que conectan Dinamarca y Suecia) enseñan cómo el galvanizado, la prefabricación. Y la modulación cumplen altos estándares de durabilidad y continuidad operativa.
Seguel aporta que estas iniciativas también dan cuenta de la versatilidad geométrica del acero. Y su adaptación a criterios arquitectónicos cada vez más complejos.
Estados Unidos es otro referente, especialmente en el ámbito normativo. El trabajo de la Federal Highway Administration ha sido clave. En promover investigación aplicada, programas piloto y transferencia tecnológica.
Estándares en el caso de AASHTO, utilizados en Chile, han facilitado la incorporación progresiva de nuevas tecnologías. Tipologías estructurales y métodos constructivos, incluyendo el uso del acero y la construcción acelerada de puentes.
Para el ecosistema local, tales experiencias refuerzan la importancia de la colaboración. Entre el sector público, la academia y la industria. Seguel menciona que hoy en Chile existe capacidad técnica e industrial para implementar estas soluciones.
“Empresas vinculadas al acero y al galvanizado, como la chilena Bbosch, han contribuido a acercar estándares internacionales. Y buenas prácticas para nuestros proyectistas”, precisa.
Para Valenzuela el desafío es fortalecer lo ya existente y proyectar puentes más resilientes, eficientes y sostenibles en el futuro. “Avanzar en casos de estudio y proyectos pilotos permitirá evaluar con mayor precisión los beneficios del acero y el galvanizado en el largo plazo”, apunta el profesional.





