Según la última Encuesta Nacional de Salud, un 8% de la población en Chile ha sido diagnosticada con várices, si bien se estima que entre un 20 y un 30% de los chilenos mayores de 15 años podrían ser susceptibles de padecer esta enfermedad, aunque nunca se hayan hecho un chequeo o no hayan requerido una intervención quirúrgica; esta prevalencia superaría el 50% entre mujeres mayores de 70 años. Así, las várices son una patología de frecuente diagnostico en el país y una de las más comunes en el ámbito vascular siendo el 70% de las heridas crónicas una Ulceras Venosa que es el mal cuidado de várices que terminan en heridas.
En palabras simples, las várices consisten en la dilatación de las venas superficiales debido a un mal funcionamiento del sistema circulatorio conocido médicamente como Insuficiencia Venosa, que lleva a que las venas no pueden devolver la sangre de regreso hacia el corazón. Esto provoca que la sangre se acumule en los vasos sanguíneos, principalmente en las extremidades inferiores, que con el tiempo forman várices, lo que se hace evidente cuando estas sobresalen, ya sea como cordones venosos o como venas dilatadas superficiales.
Las várices no son problema meramente estético, ya que las pueden causar dolor, sensación de pesadez, comezón, calambres e incluso derivar en complicaciones más graves, como las tromboflebitis o las úlceras varicosas, que son heridas extremadamente difíciles de sanar.
Para lograr prevenirlas desde Clínica Cath, especializada en el cuidado de la piel y heridas hace más de 20 años, asegura que es importante alimentarse correctamente con frutas, verduras, agua y hacer ejercicio. Además de un tratamiento de compresión preventivo en quienes tengan insuficiencia venosa, así la sangre fluye naturalmente y se evita, por ejemplo, la formación de várices, las cuales se presentan cuando venas se dilatan.
El diagnóstico de la insuficiencia venosa es clínico (Realizado por personal médico) y se confirma con un eco doppler venoso, que especifica los sitios alterados.
“El tratamiento de ésta, cuando empeora y se convierten en herida, debe ser en centros asistenciales para limpiarlas y cuidarlas donde su recuperación puede ser de un promedio de 6 semanas” comenta Saravia
Otro aliado para bajar la inflamación y tener menos dolor son las calcetas de compresión. Este tipo de medias se encargan de apretar las piernas para mejorar el flujo sanguíneo de las piernas hacia el corazón.
“Las que llegan hasta las rodillas sirven para prevenir las heridas por varices, también llamadas úlceras venosas, aunque también, ayudan a reducir en dolor provocado por las várices” finaliza Saravia.
Cómo detectar cuando una varice empeora y se convierte en una Ulcera Venosa
Entre los síntomas se encuentran
- Hinchazón, pesadez y calambres en las piernas
- Piel endurecida y de color rojo oscuro, morado, marrón (esta es una señal de que la sangre se está represando)
- Picazón y hormigueo
- Úlcera superficial con una base roja, a veces cubierta por tejido amarillo.
- Bordes formados irregularmente.
- La piel circundante puede estar brillante, tensa, tibia o caliente y descolorida.
- Dolor de pierna.
- Si la úlcera resulta infectada, puede tener un mal olor y/o puede drenar pus de la herida.