Marzo 2022 registró una variación mensual del IPC de 1,9%, ante lo cual este resultado sale bien parado, pero debemos considerar que 2022 fue un año de altísima inflación (12,8% anual) por tanto no es una buena vara de comparación. Si vemos lo ocurrido en marzo 2019, 2020 y 2021 donde el IPC marcó variaciones de 0,5%; 0,3% y 0,4% respectivamente, podemos darnos cuenta que es una cifra alta considerando el contexto histórico para el mes en cuestión.
Las razones de este resultado están dadas principalmente por la fuerte alza que registró la división de Educación (10,8%). Esto explica casi el 60% del IPC mensual. El reajuste de las colegiaturas y aranceles educacionales impulsó el costo de la vida de marzo. El servicio de enseñanza en centros de formación técnica marcó alza mensual de 14,6%; el servicio de enseñanza universitaria subió 13,2%; el servicio de educación de transición aumentó 13,1%; el servicio de transporte escolar subió 11%, entre las mayores alzas de la división.
Estas alzas son muy significativas ya que si bien ocurren una vez al año (en marzo), los nuevos precios de aranceles y colegiaturas se mantienen durante todo el año afectando el presupuesto. Por otro lado, los altos reajustes de esta oportunidad reflejan la alta inflación de 2022, ya que típicamente los valores se incrementan en base a la inflación pasada.
Así, la situación actual y las perspectivas de corto plazo de la inflación son preocupantes. Aún tenemos una inflación anual de dos dígitos (11,1%) que está golpeando directa y fuertemente la situación económica de todos, especialmente de las personas y hogares de menores ingresos. La inflación es dañina en términos generales, pero con mayor fuerza para los más vulnerables.
Además, genera incertidumbre que frena la inversión y el empleo. La unidad de fomento (UF) llegará a $36.000 a mediados de mayo con los efectos que eso implica en pagos de arriendos, dividendos, seguros, planes de salud, etc.
En cuanto a las perspectivas, el reciente informe de política monetaria (IPOM) del banco central corrigió al alza todas las proyecciones de IPC para 2023, reconociendo con ello que la batalla contra la inflación está aún lejos de ser ganada y que será más larga y costosa de lo esperado meses atrás. Por tanto, la balanza se inclina más hacia una evaluación negativa hasta el momento.
Patricio Ramírez R., Coordinador Observatorio Económico Social Universidad de La Frontera