Gonzalo Fuenzalida Zegers, Co-Founder & Chief Commercial Officer Tranciti, empresa Logtech, con más de 10 años de experiencia en logística y con oficinas físicas en nuestro país, México y Colombia.
Startups. En los últimos años este tipo de negocios se han ido popularizando debido a que, a través de este modelo, han salido marcas que hoy son reconocidas mundialmente como casos de éxito, como Amazon, por ejemplo, que partió vendiendo libros online en 1995.
Luego, estuvieron muy de moda los Venture Capital que, en palabras simples, son un conjunto de inversiones externas que permiten financiar a una empresa y que se realizan mediante lo que se conocen como rondas de inversión.
El financiamiento vía Venture Capital o capitales semilla no tiene nada de malo, de hecho, ha permitido que muchos Startups hayan conseguido escalar de manera muy rápida y podido validar sus soluciones en distintos mercados. Al final, no hay un solo camino a seguir, pero es importante que, en todas las etapas de vida de la compañía, se debe considerar las responsabilidades que se tienen con el equipo humano, con tus clientes y proveedores. La plata fácil en grandes cantidades puede ser una trampa, por lo que siempre hay que pensar primero en cómo cumplir con todos los que confían diariamente en lo que haces.
Y, según nuestra visión, la siguiente ronda de financiamiento no puede ser el gran objetivo, porque si pasas más tiempo en ese tipo de presentaciones que con tus clientes y equipo, algo está mal. Quizás te vas a demorar más, pero son los camellos los que cruzan el desierto, no los caballos de carrera
Además, el escenario post pandémico, unido a un fenómeno inflacionario y a un contexto económico mundial incierto, hizo ver que las Startups que sobreviven principalmente gracias al levantamiento de capital de inversionistas o rondas de inversión, son difíciles de mantener en este escenario y, en el largo plazo.
Bajo este contexto, hoy las reinas del mercado son las llamadas Startup Camello que, tal como indica su nombre, son capaces de mantener su producción independiente de lo “desértico” que pueda ser el escenario económico, ya que, desde el primer momento de su creación, priorizaron su sostenibilidad, equilibrando su flujo de caja con su crecimiento.
Puedes no ser un experto financiero, pero el Cash Flow es por lejos lo más importante, si no lo manejas al detalle te vas a encontrar en problemas. Quizás tu startup siga funcionando, pero te deja en una posición de desventaja donde en muchos casos los founders terminan diluyéndose y el proyecto en que tanto creyeron termina administrado por gente con una visión muy distinta.
Hablando desde nuestra experiencia como Tranciti, el que seamos una Startup Camello no fue algo planeado, ya que al principio nunca estuvo en nuestra cabeza hacer rondas de financiamiento. Esto hizo que nos concentráramos en el negocio y a satisfacer a nuestros clientes, ya que todo lo que generamos es producto de la confianza de las empresas que trabajan con nosotros.
Como anécdota puedo contar que, hace algunos meses cuando tuvimos una reunión con un consultor. Nos comentó – de manera casi dramática – que el mercado estaba ‘Seco’, lo divertido es que se refería al Venture Capital y ese no es nuestro mercado, nuestro mercado es la logística en movimiento y punto. Nos sentimos mucho más cómodos y motivados en hablar con los clientes de nuevos desarrollos y del proceso logístico que tener cientos de reuniones en rondas interminables. Fue ahí que tomamos conciencia de que estamos haciendo las cosas de manera diferente en términos de financiación.
Además, cualquier proyección económica en este modelo se va dando de acuerdo con lo que como compañía puedes generar, lo que hace que crezcas dentro de tus posibilidades y de manera ordenada. Ahora, no es algo fácil ya que para crecer siempre se necesitan recursos, y si no sales a buscarlos afuera, debes ser capaz de generarlos, y lo más importante de reinvertirlos dentro de la compañía.
No hay vacaciones en los primeros años, ni grandes fiestas de lanzamiento, ni oficinas super modernas, al principio, se trata de reinvertir todo. El viaje puede ser más largo y con poca agua, pero la recompensa vale la pena, al final del día eres el dueño de tu negocio con toda la libertad que eso representa, los socios se mantienen y están todos alineados con los mismos objetivos. Siguiendo este modelo, hemos podido construir una empresa con presencia regional en Latino América y elaborar una propuesta de valor reconocida por nuestros clientes.
Además, a lo largo de los años hemos aprendido varias lecciones, siendo una de las más importantes: no prometas lo que no puedes cumplir, quizás al firmar un contrato con un gran cliente, en ese mismo momento firmaste la muerte de la compañía y solo te vas a dar cuenta meses después.
Lo mismo pasa con todos los colaboradores si generas expectativas demasiado altas con un discurso disociado de la realidad, en algún momento la gente se va a desencantar. O peor aún, como lo que se está viviendo con muchas empresas de tecnología a nivel mundial, que contrataron gente de una manera explosiva y ahora han despedido un gran número de sus colaboradores, hay que ser responsable cuando se trata de personas, el equipo es todo.
Si tu equipo ve que con el tiempo se van logrando hitos, aunque pequeños, siempre hay una sensación de estar haciendo las cosas bien y eso es motivante. Quizás no te das cuenta de todo lo que se logra, pero en lo personal algo que me ha dado alegría es cuando una colaboradora sale de prenatal y vuelve casi un año después, y siempre dicen que han vuelto a una empresa muy diferente, muchas veces subestimamos lo que los pequeños cambios hacen en el tiempo.
Para más información:
LinkedIn: Tranciti