En los adultos mayores, la piel se adelgaza y va perdiendo su capacidad de lubricación natural, ya que las glándulas sebáceas comienzan a atrofiarse. Esto hace que se vuelva mucho más reseca y frágil, tanto a nivel superficial como profundo. Con esto, queda más vulnerable ante traumatismos, formando moretones, irritaciones y heridas crónicas, las que pueden derivar en infección.
Con el paso de los años, la piel se adelgaza y debilita, por lo que queda más expuesta a traumatismos, heridas e infecciones. La enfermera Carolina Saravia de Clínica Cath, especialista en el cuidado y tratamiento de heridas, explica por qué ocurre y qué recomendaciones hay que tener en cuenta para mantenerla saludable.
Saravia asegura que hay ciertas medidas a tomar o cuidados que ayudan a prevenir estas lesiones. “Con esto me refiero a traumatismos leves que pueden también ser provocados por costuras muy gruesas de la ropa que les raspen e irriten; por bañarse mucho rato, con agua muy caliente, o abusar del jabón o champú. Todo esto provoca deshidratación y picazón, y cuando se rascan la piel, se irritan más, dejando la barrera cutánea con pequeñas costras y muy débil para la protección de hongos y bacterias”, ahonda la enfermera jefa de la Clínica.
- Hidratación constante: La piel seca es una de las principales problemáticas en los adultos mayores. Por ello, es importante mantener una buena hidratación a lo largo del día. Se recomienda el uso de cremas o lociones hidratantes con urea al 10%, específicas para pieles maduras, aplicándolas después del baño o de lavarse las manos. También se puede aumentar la ingesta de agua para ayudar a hidratar la piel desde adentro.
- Evitar exposición solar: La vulnerable piel de los adultos mayores es más propensa a sufrir daños por los rayos ultravioleta. Por eso, se recomienda evitar la exposición directa al sol durante las horas de mayor intensidad (entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde). Además, el uso de protector solar a diario con un factor de protección alto (50FPS) es fundamental para proteger la piel de los rayos UV.
- Alimentación saludable: Una alimentación equilibrada y rica en nutrientes es fundamental para mantener una piel saludable. “Consumir frutas y verduras que sean ricas en antioxidantes, como por ejemplo los cítricos y la espinaca, puede ayudar a retrasar el envejecimiento de la piel y mantenerla más elástica y luminosa” comenta.
- Baños cortos con agua tibia: Los baños prolongados y con agua caliente pueden resecar aún más la piel de los adultos mayores. Por eso, se recomienda tomar duchas o baños cortos con agua tibia para evitar la pérdida de humedad y lubricación natural de la piel. Además, es importante utilizar productos de higiene suaves y sin fragancias agresivas.
- Cuidado de las uñas: Las uñas en los adultos mayores tienden a volverse más frágiles y quebradizas. Es necesario mantenerlas cortas y limpias para evitar que se claven en la piel y causen infecciones. También se recomienda hidratar las uñas y las cutículas con aceites naturales para mantenerlas saludables.
- Prevenir y tratar úlceras por presión: También conocidas como “escaras”, las úlceras por presiónson lesiones en la piel que se producen por la presión constante y la falta de movimiento. “Para evitarlas, es fundamental cambiar de posición frecuentemente, utilizar colchones antiescaras y mantener la piel limpia y seca. En caso de desarrollar úlceras por presión, se debe buscar atención médica de forma inmediata” comenta
- Controlar enfermedades de la piel: En la tercera edad, es común que aparezcan enfermedades de la piel, como la dermatitis seborreica, el acné adulto o las infecciones fúngicas (causadas por hongos). Es importante acudir a un dermatólogo para recibir el tratamiento adecuado y controlar estas afecciones de la piel, evitando así posibles complicaciones.
“Cuidar la piel en la tercera edad es esencial para evitar complicaciones y mantener una buena calidad de vida. Con los 7 cuidados mencionados, es posible mantener la piel de los adultos mayores sana, hidratada y protegida. Recuerda que la piel es el órgano más extenso del cuerpo y requiere de atención especial en todas las etapas de la vida” Finaliza la enfermera.