Los avances tecnológicos han cambiado a la humanidad. Los motores de combustión interna nos permitieron movernos más rápido y lejos. La electricidad, crear aparatos electrónicos. Internet conectó al mundo e hizo posible que en dos décadas se crearán más avances que en el último siglo. La tecnología acelera, expande e incluye.
Las innovaciones tecnológicas, sin embargo, no son fáciles de adoptar. Algo que ha llevado a muchos a repetir que “la tecnología me va a quitar mi trabajo”. El problema parece estar en que la velocidad con la que se innova sobrepasa la capacidad humana de asimilación. Veamos un caso común: Pedro, un contador titulado hace unos 30 años.
En 1990, trabajaba con una calculadora, libros contables y, con suerte, un computador. A fines de la siguiente década, ya usa la nube, documentos digitalizados y softwares ERP y CRM. En 2010 surge el Big Data y se popularizan las herramientas de visualización. En 2018, dan sus primeros pasos la inteligencia artificial y Machine Learning para la toma de decisiones basadas en datos. Pedro ha debido adaptarse a nuevas tecnologías con frecuencia.
A primera vista, la IA llegó para volver a complicar a Pedro. Pero es todo lo contrario. Su uso le permitirá, por ejemplo, enfocarse en el análisis numérico e interpretativo de leyes fiscales. Así, Pedro tiene ahora una herramienta que hará más simple su trabajo.
La IA es la manera más humana de comunicarnos con un computador; un hito tan importante como lo fue internet. ChatGPT es el siguiente hito: una herramienta capaz de entender lo que le pides y dar el mejor resultado posible a tus preguntas, como si hablaras con otra persona. Haz una prueba. Ve y pregúntale algo. Estoy seguro que encontrarás respuestas muy útiles y que no imaginabas.
La tecnología no viene a quedarse con tu trabajo. El mundo avanza, las empresas ofrecen mejores productos y para eso necesitan profesionales capaces de adaptarse a los cambios. La IA no te va a reemplazar, lo hará quien aprenda a usarla por ti.