“La población percibe las posibles dificultades económicas, carestía de la vida, costos de la educación, necesidad de trabajo de las mujeres en edad fértil, todo se junta para que las familias decidan limitar el número de hijos”, explica el Dr. Patricio Masoli de la Cerda, reconocido ginecólogo y experto en reproducción humana y fertilidad, Director Médico de Clínica de la Mujer, pionera en medicina reproductiva en la V Región y que ofrece tratamientos con enfoque en diversidad de parejas.
Otra razón que explica la baja natalidad es el poco acceso que hay en tratamientos de fertilidad. Entendiendo este contexto, Clínica de la Mujer ofrece convenio PAD para tratamientos de alta complejidad FIV con altas tasa de éxito para aquellas personas que buscan ayuda para concebir un hijo (a).
De acuerdo a la Tasa Global de Fecundidad (TGF) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Chile existe una fecundidad de 1,3 hijos por mujer, considerada como la más baja de América Latina.
Respecto a estas cifras, el Dr. Patricio Masoli de la Cerda, reconocido ginecólogo, experto en reproducción humana y fertilidad, con 40 años de trayectoria y, actualmente Director Médico de Clínica de la Mujer, comenta que uno de los factores que explica este fenómeno en nuestro país es “la aplicación de métodos anticonceptivos de alta eficacia junto a la educación de la población en su uso”.
“Además, la población percibe las posibles dificultades económicas, carestía de la vida, costos de la educación, necesidad de trabajo de las mujeres en edad fértil, todo se junta para que las familias decidan limitar el número de hijos”, agrega el especialista.
Existe otra razón por la cual muchas mujeres y parejas en Chile optan por no ampliar su familia, y esto está vinculado a la falta de accesibilidad económica de los tratamientos de fertilidad en nuestro país. Estos, con frecuencia, pueden superar fácilmente los 5 millones de pesos, lo que representa una barrera financiera significativa para aquellos que buscan ayuda en el proceso de concepción.
Con el objetivo de llegar a un público más diverso e inclusivo, Clínica de la Mujer, con 28 años de experiencia y certificada por la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida (REDLARA), ha establecido convenios con Fonasa y ofrece el programa PAD para tratamientos de alta complejidad, como es el caso de la Fertilización In Vitro, especialmente diseñado para beneficiar a pacientes mujeres con diagnóstico de infertilidad y que son afiliadas a Fonasa.
La Clínica también cuenta con otros convenios entre ellos: Isapre, Colegio de Profesores, Universidad Santa María y FF.AA.
El embarazo en parejas homoparentales
Uno de los aspectos distintivos de esta Clínica, precursora en el avance de la Medicina Reproductiva en la V Región y que incorpora servicios de atención remota a través de la telemedicina, es su dedicación a la diversidad de parejas. No sólo se centra en programas de fertilidad diseñados para parejas heterosexuales, sino que también ofrece soluciones para mujeres solas y para parejas de mujeres que desean tener un bebé(lesbomaternidad).
Según la experiencia del Dr. Patricio Masoli de la Cerda en Clínica de la Mujer “en el último tiempo ha ido en aumento la solicitud de tratamiento para mujeres solas y parejas homoparentales (lesbianas). Lo mismo ocurre para mujeres que desean congelar sus óvulos con el objetivo de postergar su maternidad”.
En relación a cuáles son las causales más frecuentes de porqué las personas acuden buscando este tipo de tratamientos en la clínica, el experto indica que “la mayoría consulta por infertilidad, es decir, son personas que llevan un cierto tiempo intentando un embarazo y al no lograrlo, solicitan estudio y tratamiento”.
“Por otro lado, las mujeres han ido tomando conciencia de la posibilidad de criopreservar óvulos cuando no visualizan la posibilidad de embarazo en un futuro cercano, o desean postergar la maternidad por razones de desarrollo personal, estudios, etc”, agrega.
“Es habitual que mujeres sin pareja, alrededor de los 35-37 años, comiencen a angustiarse por la posibilidad de no poder ser madres a futuro. Esta angustia se incrementa año a año. Si han tenido la posibilidad de preservar su fertilidad, esta inquietud desaparece y perciben como si tuvieran un seguro, ya que podrán recurrir a estos óvulos preservados para embarazarse incluso pasados los 40 años”, concluye el ginecólogo.
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