La reciente DANA que ha afectado a la Comunidad Valenciana durante la última semana de octubre de 2024 ha causado inundaciones extremas y ha interrumpido el suministro eléctrico a más de 155.000 hogares en la provincia de Valencia.
A pesar de la magnitud del desastre, un esfuerzo coordinado por parte de Iberdrola y su distribuidora i-DE ha logrado restablecer el servicio eléctrico al 99% de los afectados, siendo aproximadamente 1.500 los clientes que se encuentran aún sin servicio.
Este proceso de recuperación ha sido posible gracias a una combinación de despliegue técnico, el uso estratégico de grupos electrógenos en áreas críticas y el apoyo de un amplio equipo de profesionales.
¿Cómo ha avanzado la recuperación del suministro eléctrico?
Desde el inicio de las inundaciones, el equipo de i-DE ha trabajado para restablecer el servicio en los puntos más afectados. La compañía ha movilizado, desde el comienzo del temporal, a aproximadamente 500 profesionales para proceder a la reparación de las instalaciones afectadas.
A medida que el agua retrocedía, los equipos ganaban acceso a las instalaciones dañadas, y la compañía desplegaba generadores portátiles en las zonas donde el restablecimiento a través de la red era más complicado.
Hasta el momento, i-DE ha dispuesto 80 grupos electrógenos en más de 100 ubicaciones clave como Alborache, Chiva, Buñol, Utiel y Montroy, entre otras. Con estas medidas de emergencia, Iberdrola ha conseguido devolver la electricidad a la mayoría de los hogares.
¿Cuáles han sido los principales retos para recuperar el servicio?
La recuperación del suministro eléctrico no ha sido tarea fácil, en gran parte debido a los daños sufridos en la infraestructura.
En áreas como Catadau, varios apoyos de la red eléctrica colapsaron debido a la intensidad de la tormenta, mientras que la subestación de Quart de Poblet se vio gravemente afectada por la acumulación de agua. La intervención de Red Eléctrica ha sido clave en estos casos, ya que los equipos han instalado soluciones de emergencia para reforzar la red en siete subestaciones de la región.
La limitada accesibilidad a ciertas zonas ha ralentizado los trabajos, ya que el terreno aún inestable ha dificultado el transporte de maquinaria pesada necesaria para las reparaciones definitivas.
Comarcas más afectadas por la DANA. Fuente: El Economista
¿Qué medidas han tomado las autoridades y las eléctricas para mitigar el impacto en la población?
La falta de electricidad en muchos municipios también ha impactado en el acceso a agua potable, ya que las plantas de tratamiento y las bombas de agua dependen de la red eléctrica para operar.
En respuesta, varios ayuntamientos implementaron medidas como la reducción de la presión de agua en horario nocturno y la creación de puntos de distribución de agua potable. En lugares como Catarroja, Paiporta y Albal, a lo largo de estos días se han desplegado camiones cisterna y se han habilitado centros de distribución para proporcionar agua y alimentos a los vecinos.
¿Qué se espera en las próximas etapas de recuperación?
El objetivo siguiente para Iberdrola y sus equipos consiste en la revisión y reparación de la red de baja tensión, un proceso más detallado que requiere intervenciones específicas en cada localidad.
La empresa, junto con el Centro de Control de Emergencias de la Generalitat Valenciana, sigue movilizando recursos para completar la recuperación en las próximas semanas. Red Eléctrica, por su parte, continuará trabajando en la estabilización de sus líneas y la reconstrucción de las torres de alta tensión dañadas.
Por otro lado, Naturgy afirma que la red de gas no ha sufrido daños, y los cortes que se están llevando a cabo responden a solicitudes de los servicios de emergencia por motivos de seguridad y suponen cifras mínimas.
Este episodio de la DANA ha resaltado la importancia de desarrollar sistemas de infraestructura eléctrica resilientes ante eventos climáticos extremos, cada vez más frecuentes en el contexto de cambio climático. En esta línea, el impulso hacia energías renovables cobra aún más importancia para frenar el calentamiento global y reducir la huella de carbono, para así mitigar la incidencia de fenómenos extremos.
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