El dominio del inglés continúa consolidándose como una herramienta clave para el desarrollo profesional en Chile.
En un contexto laboral cada vez más globalizado, aprender este idioma se ha vuelto una estrategia para mejorar las condiciones laborales, acceder a empleos más competitivos y ampliar las redes profesionales.
Un análisis reciente de matrículas realizado por el centro de idiomas Berlitz Chile revela una participación prácticamente equitativa entre hombres y mujeres en sus programas de inglés durante 2024.
De los estudiantes adultos matriculados, el 51% corresponde a hombres (1.273 personas) y el 49% a mujeres (1.226 personas), con un rango etario que va principalmente entre los 25 y los 50 años. Además, el 80% de quienes se capacitan provienen de la Región Metropolitana.
“Estas cifras muestran que el interés por el inglés no es exclusivo de un género. La paridad en la matrícula evidencia que tanto mujeres como hombres reconocen el valor del idioma como herramienta de crecimiento profesional”, señala Ricardo Castro, director comercial de Berlitz Chile.
Sectores como la tecnología, el comercio internacional, la minería, la industria farmacéutica y los servicios generales exigen cada vez más profesionales con dominio del inglés, lo que ha impulsado la demanda por programas de formación accesibles y flexibles.
Castro destaca que “la posibilidad de acceder a clases presenciales y online ha sido clave para que muchas mujeres puedan compatibilizar su aprendizaje con otras responsabilidades”.
Entre los programas más solicitados, tanto por hombres como por mujeres, se encuentran los cursos intensivos, especialmente pensados para quienes necesitan avanzar rápidamente por motivos laborales, como entrevistas de trabajo, viajes de negocios o presentaciones internacionales.
Desde el centro, subrayan además el valor de combinar el aprendizaje del idioma con elementos de inmersión cultural, lo que permite a los estudiantes desenvolverse con mayor confianza en contextos sociales y empresariales globales.
La tendencia a la paridad en el aprendizaje del inglés entre mujeres y hombres, junto con el acceso a modalidades de estudio más flexibles, apunta a una democratización del conocimiento que podría traducirse en una mayor equidad en el acceso a cargos mejor remunerados y de mayor jerarquía.