Por: Carlos Saul, representante de AyT Grupo.
Santiago, mayo 2025.- Estamos en pleno peak de enfermedades respiratorias en el país. Los servicios de urgencia colapsan, los hospitales operan al límite y los funcionarios de la salud, una vez más, extienden sus jornadas para responder a la alta demanda generada por la campaña de invierno.
En este contexto, hay un factor que suele pasar desapercibido y que puede marcar la diferencia en el adecuado tratamiento que reciben los pacientes: la calidad de los gases que se utilizan en una clínica u hospital.
Mantener un monitoreo constante de estos gases es esencial para garantizar un tratamiento adecuado de los pacientes y para eso la tecnología está a favor de estos recintos. Soluciones como el MedAir 2200 de ENMET, un monitor en línea de gases críticos, se transforman en aliados estratégicos.
Para ayudar a los recintos de salud, empresas como AyT ofrecen una amplia gama de productos para aplicaciones hospitalarias diseñados para cumplir con los requisitos de monitoreo de sistemas de aire medicinal, incluyendo monitores de líneas de aire comprimido, verificadores de gases medicinales, monitores de oxígeno ambiental en salas o instalaciones de resonancia magnética, detectores portátiles de uno o varios gases, y sistemas continuos de monitoreo de gases fijos multicanal con sensores remotos y capacidad de extracción de muestras.
Se suministran analizadores para medir CO₂, CO, deficiencia y abundancia de oxígeno, metano, óxido nitroso, gases anestésicos, punto de rocío, hidrocarburos y numerosos gases tóxicos, como ETO, Cl₂, O₃ y formaldehído.
Muchos de estos sistemas de monitoreo de aire medicinal están diseñados para cumplir con los requisitos de monitoreo de OSHA para aire respirable de Grado D y las Directrices para Sistemas de Aire Medicinal NFPA 99.
¿Por qué es tan importante monitorear estos gases? Aquí algunas razones clave:
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Seguridad del paciente: Los gases medicinales —oxígeno, aire comprimido, óxido nitroso, entre otros— se administran a personas en estado crítico o durante procedimientos complejos. Cualquier impureza o concentración incorrecta puede derivar en complicaciones respiratorias, infecciones, reacciones adversas o incluso la muerte. Un monitoreo riguroso garantiza que los gases cumplan con los estándares de pureza exigidos por farmacopeas y normativas sanitarias.
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Eficacia del tratamiento: Un gas de mala calidad puede comprometer el éxito de un tratamiento. Por ejemplo, si el oxígeno suministrado tiene una concentración menor a la requerida, el soporte respiratorio puede ser insuficiente. A su vez, contaminantes en el gas pueden interferir con los efectos terapéuticos esperados.
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Cumplimiento normativo: Los hospitales y proveedores de gases deben cumplir con estrictas regulaciones nacionales e internacionales. Estas normativas no solo aseguran la calidad de los productos, sino que también protegen la acreditación de las instituciones. El incumplimiento puede tener consecuencias legales y éticas.
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Detección temprana de fallas: La monitorización continua permite detectar rápidamente desviaciones en la calidad del gas, facilitando acciones correctivas inmediatas y evitando que los pacientes sean expuestos a riesgos innecesarios.
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Mantenimiento de equipos: Un análisis detallado de los gases puede alertar sobre fallas en los sistemas de filtración o contaminación en tuberías, lo que permite llevar a cabo mantenimientos preventivos antes de que el problema se agrave.
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Responsabilidad ética y legal: Garantizar la calidad de los gases medicinales es parte del compromiso de los profesionales e instituciones de salud con la vida y el bienestar de las personas. No es sólo una exigencia técnica: es una obligación ética.
Medir la calidad de los gases hospitalarios no es un lujo, es una necesidad.
Es una práctica clave para asegurar tratamientos seguros y efectivos, cumplir con las normas, prevenir fallos operativos y, sobre todo, proteger la vida de los pacientes. En tiempos donde cada respiración cuenta, contar con tecnología confiable que respira por nosotros puede marcar la diferencia.