En el marco del Mes del Medio Ambiente, expertos destacan cómo la digitalización de documentos reduce significativamente la huella de carbono corporativa.
Durante el mes de junio se conmemora el Día del Medio Ambiente, espacio en el que se reflexiona sobre cambios que vayan en línea con impulsar la sustentabilidad, donde destacan los esfuerzos desde diversas industrias con la implementación de estrategias efectivas para reducir su impacto ambiental.
Dentro de la transformación digital, una de las herramientas que ha demostrado mayor eficacia en este sentido es la firma electrónica, tecnología que optimiza procesos, pero que además genera un impacto medioambiental positivo y medible.
Según Boston Consulting Group (BCG), más del 60% de las empresas consideran los factores ESG – enfoque que sirve para analizar en qué medida una corporación actúa en función de objetivos sociales- como un criterio fundamental o una prioridad al momento de seleccionar y jerarquizar sus iniciativas digitales, tendencia refleja la creciente conciencia sobre el impacto ambiental que tienen los procesos tradicionales basados en papel.
“En general, la transformación digital ha influido de forma positiva en la reducción de emisiones de CO2 desde las industrias. Anteriormente, el 80% de los desechos en oficinas correspondía a papel, por lo que, al implementar la firma electrónica por ejemplo, disminuimos directamente la huella de carbono eliminando toda la dependencia que teníamos con el papel”, comenta Mónica Lozano, Subgerente de Cliente Corporativo de IDOK, empresa chilena especializada en gestión digital y firma electrónica.
Asimismo, la ejecutiva afirma que el impacto de la firma electrónica iría más allá de la simple reducción de papel, teniendo un impacto considerable en el ahorro del uso de recursos hídricos. “Cada hoja de papel requiere aproximadamente 10 litros de agua para su fabricación, por lo que, con procesos digitales, se protege este insumo tan escaso y valioso. Además, la producción de papel implica tala de árboles, consumo energético en su fabricación y emisiones asociadas al transporte y distribución de documentos físicos”, indica Mónica Lozano.
“Los departamentos de recursos humanos son uno de los mayores generadores de documentación en las empresas, por lo que, al implementar la firma electrónica dentro de estos procesos del ciclo hábil de un colaborador, la reducción de papel es considerable. Del mismo modo, con áreas financieras o de contratos, donde antes los procesos de evaluación, propuestas y validaciones requerían múltiples impresiones y traslados de documentos. Entonces, la implementación de firma electrónica representa una oportunidad para las empresas de alinear sus objetivos de eficiencia operacional con sus compromisos medioambientales “, cierra Mónica Lozano.
IDOK es una empresa chilena dedicada a optimizar los procesos de gestión, identificación digital y firma electrónica de personas, empresas y organizaciones. Desarrollamos productos y soluciones adaptadas a los nuevos escenarios de acción en Chile y Latinoamérica.
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