¿En qué consiste la propuesta de elevar el pago mínimo de tarjetas de crédito al 25%?

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La medida busca definir el pago mínimo por normativa, con un piso obligatorio que obligue a los usuarios a amortizar parte del capital para evitar el endeudamiento.

Un cambio importante se avecina para los usuarios de tarjetas de crédito en Chile. La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) está ultimando una normativa que obligaría a las instituciones financieras a exigir un pago mínimo equivalente al 25% del total facturado en las tarjetas de crédito, muy por encima del promedio actual, que ronda el 4%.

En Chile, gran parte de las deudas o morosidad tiene su origen en tarjetas de crédito, créditos de consumo para la compra de bienes o el pago de viajes al extranjero, automóviles, entre otros.

Esta medida busca frenar el fenómeno del endeudamiento perpetuo, donde muchas personas pagan solo los intereses sin reducir realmente su deuda, generando un círculo vicioso que las mantiene atrapadas en compromisos financieros a largo plazo.

¿Cómo funcionaría el nuevo modelo?

Actualmente, cada banco o entidad emisora define su propio cálculo para el pago mínimo, lo que ha permitido que muchas personas continúen usando su tarjeta pagando cifras irrisorias, sin avanzar en el pago del capital. Por ejemplo, con una deuda de $200.000, hay usuarios que pagan apenas $8.000 al mes, cubriendo casi exclusivamente intereses.

La propuesta de la CMF cambiaría esto de raíz: todas las instituciones deberán exigir al menos un 25% del monto total facturado como pago mínimo, incluyendo una amortización obligatoria del 5% del capital utilizado. Esto significa que en el caso de una deuda de $200.000, el usuario deberá pagar al menos $50.000, ayudando así a reducir el monto sobre el que se calculan los intereses en el futuro.

Un alivio a largo plazo, con costos a corto plazo

Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (Odecu) celebraron la iniciativa, señalando que es un paso concreto para romper el ciclo de la deuda infinita y mejorar la salud financiera de miles de familias.

Sin embargo, también hay voces críticas. Algunos expertos advierten que esta normativa puede tener efectos no deseados en ciertos grupos de deudores. Actualmente, el 14% de los usuarios ya presenta dificultades para pagar sus cuotas y un aumento del pago mínimo podría empeorar su situación o incluso generar morosidad.

Además, algunos bancos consideran que esta medida limita su capacidad de ofrecer soluciones flexibles a clientes con distintos perfiles de riesgo y temen que el cambio afecte el acceso al crédito para los sectores más vulnerables.

Un ajuste que va más allá de lo financiero

La iniciativa forma parte de una agenda más amplia del Ejecutivo para enfrentar el sobreendeudamiento estructural que afecta a miles de hogares chilenos. Además de este cambio, se han propuesto otras medidas complementarias, como la inclusión de seguros de cesantía asociados a productos financieros, que protejan a los usuarios en caso de pérdida de ingresos.

Desde la CMF explican que la propuesta tiene una motivación técnica y social: busca mejorar el sistema financiero, pero también promover una relación más sana entre los consumidores y el crédito, reduciendo la dependencia al endeudamiento de corto plazo para cubrir gastos cotidianos.