Tecnología para una seguridad alimentaria sin concesiones

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Por Jaime Vicente, Gerente Comercial de Silbertec

En tiempos donde la trazabilidad y la inocuidad alimentaria se han convertido en exigencias ineludibles, la industria alimentaria enfrenta una doble responsabilidad:

Garantizar productos seguros para los consumidores y cumplir con regulaciones cada vez más estrictas a nivel nacional e internacional.

En este escenario, la tecnología ya no es una opción, sino una necesidad estratégica.

En Chile, país con una economía abierta y altamente dependiente de sus exportaciones, la seguridad alimentaria no puede limitarse a los estándares locales.

Las plantas productivas, especialmente en los rubros de alimentos y empaques, son algunas veces regularmente a auditorías por parte de los países de destino.

Esto obliga a las empresas a elevar sus estándares y adaptarse a normativas internacionales, como la reconocida HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control), que permite identificar, evaluar y controlar riesgos biológicos, químicos y físicos a lo largo de toda la cadena de producción.

El desafío no es menor. Prevenir riesgos no solo implica cuidar al consumidor final.

También es proteger la reputación del país como productor confiable y competitivo. La implementación de soluciones tecnológicas enfocadas en higiene y trazabilidad ha probado ser una de las respuestas más efectivas.

Pero no se trata únicamente de incorporar equipos: se trata de rediseñar la cultura del cumplimiento, desde el ingreso de un operario a la planta hasta la distribución del producto final.

En Silbertec hemos sido testigos de esta transformación.

Como socios tecnológicos de la industria alimentaria, trabajamos en el desarrollo e implementación de estaciones de higiene para operarios y visitantes, filtros sanitarios y soluciones con diseño sanitario que facilitan la limpieza, evitando puntos ciegos y acumulación de agua.

Estas innovaciones permiten cumplir con exigencias normativas sin interrumpir la eficiencia del proceso productivo.

Particularmente en fechas de alto consumo la necesidad de asegurar una correcta manipulación y conservación de alimentos se vuelve aún más crítica.

Basta un descuido para enfrentar brotes de intoxicación que afectan no solo a las personas, sino también a la confianza en toda la cadena.

En este punto, la tecnología se vuelve un escudo que protege tanto al consumidor como al productor.

Hoy más que nunca, debemos avanzar hacia un modelo donde la seguridad alimentaria no se asuma como un trámite, sino como un valor transversal. Y en ese camino, la tecnología debe ser nuestra aliada permanente.