Durante años, los empaques y etiquetas para alimentos y bebidas cumplieron funciones básicas. Hoy, son recursos personalizados que seducen al consumidor y generan interacción directa. Esta evolución representa una oportunidad de negocio para los impresores, ya que las marcas demandan más que una etiqueta funcional: buscan creatividad, personalización, entregas rápidas y la capacidad de producir tirajes cortos sin sacrificar calidad.
Los datos lo confirman: el 58.7% de todos los envases impresos en el mundo pertenecen al sector alimenticio, según la consultora Smithers Pira. Esto evidencia no solo el volumen de trabajo disponible, sino también su relevancia económica. Además, el 81% de los consumidores ha comprado un producto nuevo únicamente porque el empaque llamó su atención, de acuerdo con la firma WestRock. ¿Qué mejor prueba de que el diseño y la calidad de impresión inciden directamente en las ventas?
Para los talleres de impresión digital, este panorama representa una oportunidad estratégica sin precedentes. “La capacidad de ofrecer personalización, tirajes cortos e impresión bajo demanda se alinea perfectamente con las exigencias actuales de los negocios del sector de alimentos, que buscan diferenciar sus productos, y requieren tiempos de respuesta veloces y soluciones creativas que marquen la diferencia en el anaquel”, señala Jaume Carrera, experto en la industria de la impresión para el mercado sudamericano en Roland DGA.
Las tecnologías de impresión digital son una herramienta eficaz para atender las nuevas demandas de etiquetado y packaging de la industria de alimentos y bebidas. Su flexibilidad permite a los impresores responder con agilidad a lanzamientos de productos, promociones estacionales, campañas regionales e incluso a cambios regulatorios que exigen actualizaciones inmediatas en el etiquetado.
Para los talleres de impresión digital, esto representa la entrada a un ecosistema comercial dinámico, donde el valor agregado se traduce en fidelización del cliente, innovación constante y márgenes atractivos.
Las empresas de alimentos y bebidas están cada vez más dispuestas a invertir en etiquetas que no solo informen, sino que impacten y conecten; y buscan soluciones de empaques personalizados para alimentos que destaquen en el estante: acabados especiales, tintas metálicas, efectos táctiles, troquelados diferenciadores y elementos interactivos como códigos QR o activadores de realidad aumentada que permiten enriquecer la experiencia del consumidor con contenido digital, historias de marca, recetas o promociones personalizadas.
Además, el auge de los productos artesanales, gourmet, orgánicos o dirigidos a nichos específicos —como alimentos funcionales o para dietas especiales— ha multiplicado la necesidad de tirajes cortos y personalizados. Para el experto de Roland DGA, “este nicho, en particular, representa una gran oportunidad para los talleres de impresión que puedan ofrecer soluciones creativas, de alta calidad y con tiempos de entrega reducidos”.
Las tecnologías de impresión digital no solo abren la puerta a nuevas oportunidades comerciales en el etiquetado y empaque para alimentos y bebidas, sino que también proporciona ventajas concretas que permiten a los impresores diferenciarse y agregar valor real a sus servicios. Desde el punto de vista de Jaume Carrera, de Roland DGA, estas son tres de las más destacadas:
Además de las etiquetas, el prototipado de empaques se ha convertido en un valor agregado altamente apreciado por las marcas. Gracias a la impresión digital, los impresores pueden crear prototipos realistas y funcionales que replican fielmente el producto final en forma, textura y acabado, facilitando así decisiones de diseño más rápidas y certeras.
Como señala Carrera, los equipos de impresión y corte integrados permiten simular etiquetas y empaques con acabados especiales —como efectos metálicos, barnices o texturas— que aportan un look premium y mayor atractivo en el punto de venta.
La impresión digital ofrece una amplia variedad de sustratos, desde películas autoadhesivas hasta materiales sintéticos o flexibles, lo que permite a los impresores crear empaques más creativos para alimentos y adaptarse a las necesidades específicas de cada cliente o producto. Esta versatilidad es clave para atender desde negocios de alimentos congelados hasta de bebidas artesanales, garantizando siempre alta fidelidad de color y calidad de imagen.
Cada vez más marcas buscan trabajar con proveedores que compartan su compromiso ambiental. La impresión digital responde a esta tendencia al permitir producciones bajo demanda, lo que reduce el desperdicio de materiales, tinta y energía. Este enfoque contribuye al cuidado del medio ambiente y ayuda a los impresores a posicionarse como aliados estratégicos en las políticas de sustentabilidad de sus clientes.
La impresión digital es una herramienta que permite a los impresores evolucionar su oferta de servicios, proporcionando etiquetas y empaques de alta calidad, personalizados y sustentables, con gran rapidez y flexibilidad.
Con soluciones de impresión digital, como la tecnología de impresión/corte, los talleres pueden producir tirajes cortos y rentables, sin necesidad de placas ni largos tiempos de preparación. Esto reduce los costos y acelera los tiempos de entrega, algo esencial en un mercado que exige inmediatez.
Las oportunidades son amplias, crecientes y rentables. La tecnología está lista. La demanda también. Solo falta que más impresores den el paso.
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