
La combinación de tecnologías emergentes promete transformar el acceso al financiamiento, impulsando la inclusión financiera y la creación de soluciones adaptadas a cada usuario.
El ecosistema financiero está viviendo una revolución silenciosa pero profunda. A medida que la digitalización gana terreno, dos grandes tendencias están marcando un antes y un después. Esto en la forma en que las personas y empresas acceden al crédito. El Open Banking y la inteligencia artificial (IA).
Ambas tecnologías, cuando trabajan de forma complementaria, tienen el potencial de democratizar el crédito y ofrecer alternativas de financiamiento más justas, seguras y personalizadas.
En esencia, el Open Banking —o banca abierta— permite que los usuarios compartan su información financiera con diferentes actores del sistema. Esto incluyen bancos, fintechs y startups, a través de interfaces seguras como las APIs.
Esto genera un entorno más competitivo, transparente e innovador. Un entorno donde los datos financieros dejan de estar monopolizados por las grandes instituciones y comienzan a trabajar en favor del cliente.
Hacia el crédito inteligente
La verdadera transformación ocurre cuando el Open Banking se integra con soluciones de inteligencia artificial. Gracias a algoritmos avanzados, es posible analizar grandes volúmenes de datos financieros en segundos. De esta manera detectar patrones de comportamiento. También evaluar riesgos con mayor precisión y anticipar necesidades crediticias.
Así, la IA permite que el crédito deje de ser una herramienta genérica basada únicamente en el historial bancario tradicional. Así se convierte en una solución dinámica, basada en el comportamiento real del usuario y su capacidad de pago actual.
Esto es especialmente relevante para segmentos históricamente excluidos del sistema financiero formal, como emprendedores, trabajadores independientes o jóvenes sin historial crediticio.
Cumplo y su rol en un sistema financiero más inclusivo
En este contexto, plataformas como Cumplo han cobrado especial relevancia. Esta fintech chilena ha sido pionera en ofrecer alternativas de financiamiento colaborativo, conectando directamente a inversionistas con pymes que necesitan capital para crecer.
Gracias al uso inteligente de datos y a un modelo transparente y sin intermediarios bancarios, Cumplo contribuye activamente a la construcción de un sistema financiero más justo y accesible.
Su enfoque está alineado con los principios del Open Banking, facilitando el acceso a crédito en condiciones más competitivas y potenciando el desarrollo económico local.
Este entorno también fomenta una mayor competencia entre proveedores de crédito, presionando a las instituciones a mejorar sus servicios y adaptarse a las nuevas expectativas de los consumidores digitales.
Entre los principales beneficios del Open Banking destacan:
- Acceso a una oferta más amplia y competitiva de productos financieros.
- Evaluaciones crediticias más rápidas, precisas y ajustadas al perfil del usuario.
- Mayor inclusión financiera, al permitir que más personas accedan a financiamiento formal.
- Transparencia en las condiciones, tasas y costos asociados a productos financieros.
- Estímulo a la innovación en el diseño de soluciones adaptadas a cada tipo de cliente.
- Reducción de costos operativos y transaccionales, tanto para usuarios como para proveedores.
En Chile, esta transformación ha cobrado fuerza tras el anuncio e implementación progresiva de la Ley Fintech. Normativa que establece que los bancos deberán compartir cierta información financiera con empresas autorizadas por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).
Este cambio legislativo marca un punto de inflexión. Ello, al reconocer que los datos financieros pertenecen al usuario, no a la institución que los gestiona.
Este nuevo paradigma cambia por completo las reglas del juego. Ahora, con autorización expresa del cliente, distintos proveedores podrán acceder a su historial financiero para ofrecerle productos más competitivos. Desde créditos con mejores tasas hasta herramientas de ahorro personalizadas.
Al final, el objetivo es claro. Colocar al cliente en el centro del sistema financiero. Empoderándolo con herramientas que le permitan tomar mejores decisiones. Y de esta manera acceder a productos que se ajusten a su realidad y mejorar su salud financiera. Sobretodo en el largo plazo.