Adaptabilidad digital: cuando la innovación también es inclusión

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Adaptabilidad digital: cuando la innovación también es inclusión

Paola Aguirre, líder de servicios de testing en Ecosistemas Global

Vivimos en una era donde hablar de transformación digital ya no alcanza. Ahora, la verdadera diferencia la marca la adaptabilidad digital.

Es decir, la capacidad de construir productos tecnológicos que no solo escalen o se integren con Inteligencia Artificial (IA). Sino que también sean accesibles, usables y diseñados para todas las personas. Sin importar sus capacidades.

La calidad ya no se mide solo si el software funciona.

Hay que comprobar estabilidad, rendimiento y también si es accesible. ¿Puede navegar una persona que no utiliza el mouse? ¿El contraste de colores permite que alguien con baja visión o daltonismo pueda operar con seguridad? ¿Los contenidos multimedia tienen subtítulos? ¿Se puede acceder a todas las funcionalidades desde un lector de pantalla?

Estas no son interrogantes secundarias. Son centrales.

El 16% de la población mundial vive con alguna discapacidad. Esto representa más de 1.300 millones de personas.

Ignorar este dato es excluir parte de los usuarios de los sistemas.

El diseño accesible no es una tendencia, es un derecho. Y aplicar estándares como las WCAG no es un lujo, sino una responsabilidad ética y legal. Y el verdadero cambio comienza cuando las empresas deciden hacerlo por convicción, no por obligación.

Pero la adaptabilidad digital no es solo tarea del área de testing. Involucra a UX, a desarrollo, a producto, a negocio; implica pensar el producto desde el inicio con enfoque inclusivo. Desde los contrastes de color hasta las metáforas visuales, desde el tamaño de fuente hasta el lenguaje que usamos para comunicarnos.

Un producto accesible reduce el rebote, mejora el posicionamiento en buscadores (SEO) y amplía el mercado potencial. Construir accesibilidad es construir equidad, un asunto que va mucho más allá que de los beneficios del negocio.

La invitación, entonces, es a empezar por lo que podemos hacer hoy: usar herramientas de validación automática, testear con teclado, incluir subtítulos en vídeos y revisar nuestras etiquetas en formularios. Son pequeños pasos que abren puertas. Porque la adaptabilidad digital no es solo una cuestión de cumplimiento. Es una forma de construir tecnología más empática, más sostenible y con mayor impacto. 

No se debe olvidar que lo que es accesible para una persona con discapacidad, también mejora la experiencia para el resto.