En medio de la transición energética que impulsa la electromovilidad, la minería verde y los centros de datos, una infraestructura clave pasa desapercibida. Los conductores eléctricos.
Desde su planta en Viña del Mar, COVISA lidera esta revolución silenciosa con innovación. También sostenibilidad y cobre chileno de alta pureza.
“Las normas deben evolucionar a la par de la tecnología y las nuevas exigencias de eficiencia y seguridad”, destaca Claudio Castillo, Gerente de Innovación y Desarrollo de COVISA.
En el corazón de la transición energética chilena, donde la electromovilidad, los centros de datos y la minería digitalizada avanzan a paso firme.
Son ellos quienes hacen posible que la energía fluya con seguridad, eficiencia y continuidad. Desde la fuente hasta el punto de consumo. Sin embargo, su relevancia técnica y estratégica sigue siendo poco visible para la opinión pública.
“Un aspecto clave para no frenar este avance, advierte Claudio Castillo, Gerente de Innovación y Desarrollo de COVISA, empresa líder nacional en conductores eléctricos de seguridad en baja tensión. Es la actualización oportuna de la normativa, en coordinación con todos los actores del ecosistema eléctrico. Autoridades, certificadoras, fabricantes y usuarios. Las normas deben evolucionar a la par de la tecnología y de las nuevas exigencias de eficiencia energética y seguridad”.
Covisa, con más de 45 años de trayectoria y una operación 100 % nacional, ha hecho de ese propósito su hoja de ruta. Fabricar conductores de alta exigencia técnica, con cobre chileno de pureza 99,99 %. Además, bajo procesos certificados y utilizando energía 100 % renovable en toda su producción.
A lo largo de las últimas décadas, la industria de los conductores eléctricos ha experimentado auténticas revoluciones tecnológicas.
“Quienes llevamos años en este rubro recordamos cuando los cables rígidos eran la norma. Hoy, los conductores flexibles, como las familias RZ1-K y RV-K, dominan el mercado. Esto, por su seguridad, durabilidad y facilidad de instalación. A esto se suma una tendencia irreversible. Los cables libres de halógenos, con buen comportamiento frente al fuego. Una especialidad en la que COVISA es experto y referente”, comenta el profesional.
COVISA ha dado el primer paso hacia la nueva transformación con el desarrollo de NOFIRE. El primer conductor RZ1-K categoría A fabricado en Chile. Supera las exigencias de seguridad contra incendios y protección humana.
Estos productos se encuentran instalados en importantes proyectos de la minería, hospitales, metro y grandes obras de infraestructura. No sólo evitan la propagación de las llamas. Están desarrollados desde su origen para proteger la vida de las personas. También el funcionamiento de las instalaciones críticas.
La eficiencia energética se ha convertido en un factor de competitividad industrial. En ese contexto, el diseño y la fabricación de los cables adquieren un rol clave. La elección del calibre, la resistencia térmica y la calidad de los materiales inciden directamente en la reducción de pérdidas eléctricas.
“Una oportunidad concreta para el país, es cambiar el enfoque de diseño de los proyectos eléctricos. Esto es, evolucionar desde el criterio actual “minimizar la inversión inicial” a un criterio operacional de “minimizar el costo de operación”. Si se especifican conductores de mayor sección, las pérdidas por conducción disminuyen. Así, el ahorro energético compensa el costo inicial”, enfatiza el profesional.
De esta forma, los conductores dejan de ser un mero insumo industrial para convertirse en un activo estratégico dentro de la transición energética. Una pieza clave para alcanzar metas de descarbonización y sostenibilidad.
Pocas veces se asocia la palabra “innovación” con los cables eléctricos.
Sin embargo, detrás de cada metro de conductor fabricado en Viña del Mar hay décadas de conocimiento, ingeniería y mejora continua.
Con un equipo de más de 100 colaboradores especializados. Con laboratorio certificado y control de calidad superior a las exigencias normativas. Todo, desde su planta abastecida por energía limpia hasta su compromiso con la seguridad laboral y ambiental, la empresa asume un rol activo en la transformación del sector.
En un país que apuesta por la electromovilidad, la digitalización y la minería verde, los conductores eléctricos son el tejido invisible que sostiene ese futuro.
Modernizar las normas, innovar en materiales y promover un uso más eficiente del cobre no son desafíos de laboratorio. Son decisiones estratégicas del país.
COVISA, la mayor empresa chilena de capital nacional en su rubro, demuestra que el cobre de Chile no sólo se exporta: también se transforma aquí en calidad, seguridad y progreso.
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