¿Por qué dos autos iguales no pagan lo mismo?: Aprende cómo se calcula el precio de tu seguro automotriz

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seguro automotriz
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El valor del seguro se determina mediante modelos predictivos o scores de riesgo. Que estiman la probabilidad de que un conductor sufra un siniestro. En ese cálculo entran en juego múltiples factores y la influencia de un mercado dinámico.

Contratar un seguro de auto parece, a primera vista, una decisión tan simple como comparar precios. Y elegir la alternativa más económica. Sin embargo, detrás de cada póliza existe un proceso de tarificación complejo. Que explica por qué dos vehículos idénticos pueden terminar pagando montos muy distintos.

Comprender cómo funciona este cálculo -y por qué varía en el tiempo. Es clave para tomar decisiones informadas. Especialmente en un mercado dinámico donde las tarifas evolucionan constantemente.

“Muchos conductores se fijan únicamente en el valor mensual del seguro. Pero no consideran qué coberturas están incluidas ni cuánto tendrían que pagar si sufren un accidente”, explica José Castellano. Director de la Asociación Gremial de Corredores de Seguros de Chile (ACOSEG). “La asesoría experta permite encontrar un equilibrio entre precio, protección y tranquilidad”, destaca.

La tarificación de un seguro se basa en modelos predictivos o scores de riesgo. Que estiman la probabilidad de que un conductor enfrente un siniestro. Para llegar a ese cálculo se cruzan múltiples variables.

El historial de manejo, la edad, las estadísticas de robo de cada modelo, los costos de reparación. Las condiciones de uso del vehículo, el comportamiento del conductor, su comuna o zona geográfica. Y el comportamiento de mercado, entre otros factores. Así, dos autos de similares condiciones, pueden tener precios distintos debido a los perfiles de riesgo diferentes.

El comportamiento del mercado no es estático

Tal como se señala, el tipo de cobertura elegida influye tanto como el comportamiento del mercado. Las compañías suelen ofrecer productos con alcances, exclusiones y condiciones particulares. Que no siempre se aprecian a simple vista cuando alguien compara sólo la prima.

Hay pólizas con amplias coberturas de Responsabilidad Civil, otras con deducibles específicos para robo por asalto o pérdida total. Algunas que incluyen vehículo de reemplazo con ciertos límites de días y copagos. Y productos que exigen garaje específico o dispositivos de seguridad.

“Ahí es donde un corredor de seguro marca una diferencia importante. Y es quien ayuda a entender lo que realmente cubre cada póliza. Muchas veces, por ahorrar un par de UF al año. Un asegurado puede asumir una pérdida de hasta un 30% del valor de su vehículo. En un siniestro por no atender las condiciones de una póliza”, advierte el director de ACOSEG.

La dinámica del mercado es otro elemento que los asegurados deben considerar. La industria considera una siniestralidad razonable cuando los pagos por siniestros no superan el 75% de las primas recaudadas.

Cuando ese porcentaje sube -por ejemplo, por un incremento en robos, choques o costos de repuestos. Las tarifas deben ajustarse para mantener el equilibrio técnico. Esa evolución se observa con fuerza en los últimos años. Algunas compañías han generado productos reducidos en coberturas para ofrecer precios más competitivos.

Mientras que otras han optado por mantener protecciones amplias, pero con una prima más alta. “Las tarifas no son estáticas, cambian por factores económicos, por la siniestralidad del mercado. Y por el comportamiento de ciertos modelos. En ese contexto, el corredor es clave para explicar por qué un precio sube. Cuándo es razonable renovar en las mismas condiciones. Y cuándo conviene evaluar alternativas”, señala el especialista de ACOSEG.

A diferencia de la venta directa o por canales masivos, donde la interacción suele terminar al contratar la póliza. El corredor acompaña al asegurado en todo el proceso posterior. Desde aclarar condiciones hasta apoyarlo cuando ocurre un siniestro. Y esa diferencia se hace evidente justamente en los momentos más críticos.