Gabriel Massuh: visión agrícola para el 2026

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¿Quién es este empresario que ha logrado cambiarle la cara al negocio frutícola? Vinculado a la fruta tropical, Massuh ha construido un legado empresarial gracias a una historia de esfuerzo y una metodología basada en la confianza y la reputación.

Nacido y criado en Ecuador, Gabriel Massuh es ahora también un chileno más. En 1993 y tras terminar sus estudios en Estados Unidos, decidió montar en Chile diferentes negocios vinculados a la importación.

Sin embargo, gracias a una fuerte visión de mercado, Massuh logró consolidarse como un empresario perspicaz que vio una oportunidad única en los plátanos y la fruta tropical.

“En los negocios agrícolas, el éxito rara vez depende de una sola decisión. Se construye en capas, conocimiento del origen, lectura del mercado, logística precisa y comprensión de que la tierra y el comercio forman parte de un mismo sistema”, explica Massuh.

En ese cruce entre producción y mercado se inscribe su trayectoria, en la que entendió cómo articular una industria completa alrededor de ella.

Massuh no llegó al mundo de la fruta desde el marketing ni desde la especulación financiera. Su mirada se formó desde el campo, en contacto con los ciclos productivos y con una comprensión temprana de que la calidad no se negocia en destino, sino que se define en origen. 

Esa lógica agrícola terminaría siendo una ventaja decisiva cuando decidió transformar ese conocimiento en un modelo de negocio internacional.

Pensar la fruta

Uno de los errores más comunes en el comercio de alimentos es tratar los productos agrícolas como simples commodities.

Massuh tomó un camino distinto. Para él, cada fruta representa una cadena compleja: productores, condiciones climáticas, tiempos de cosecha, transporte, maduración y distribución. Ignorar cualquiera de esas variables implica asumir riesgos innecesarios.

Esa comprensión sistémica explica por qué su proyecto empresarial no se limitó a importar fruta, sino a diseñar una estructura capaz de sostener calidad y continuidad en un mercado altamente dependiente de las importaciones. 

Chile, sin producción local de frutas tropicales como el plátano, requería algo más que proveedores: necesitaba un articulador confiable.

La ventaja de unir agronomía y negocios

La formación de Massuh en agronomía y negocios le permitió moverse con naturalidad entre dos mundos que rara vez dialogan con profundidad. 

Por un lado, el lenguaje técnico del productor; por otro, las exigencias comerciales del mercado final. Esa doble lectura fue clave para anticipar problemas, negociar con criterio y tomar decisiones estratégicas basadas en información real, no en supuestos.

Cuando fundó Bagno a comienzos de los años noventa, lo hizo con una lógica poco común en el sector al construir relaciones de largo plazo antes que maximizar retornos inmediatos. 

Esa decisión, que podría parecer conservadora, terminó convirtiéndose en una ventaja competitiva en un mercado volátil.

Decisiones estratégicas que definen trayectorias

Chile es un país exportador de alimentos, pero paradójicamente depende de importaciones para sostener parte relevante de su consumo interno de frutas. Leer correctamente esa contradicción fue uno de los aciertos estratégicos de Massuh

En lugar de competir en un mercado saturado, decidió fortalecer uno estructuralmente necesario.

Bagno creció organizando flujos constantes, estables y trazables, conectando productores internacionales con distribuidores locales, supermercados, restaurantes y mercados tradicionales. 

El resultado no fue solo crecimiento empresarial, sino ordenamiento de una cadena que requería previsibilidad.

Esa capacidad de diseño explica por qué la empresa logró diversificarse hacia otros productos sin perder control operativo ni reputacional.

A lo largo de su carrera, Massuh ha tomado decisiones que reflejan una comprensión profunda del mercado. Inversiones relevantes, diversificación de portafolio y apuestas calculadas. Todas, han sido parte de un modelo que privilegia el análisis por sobre el impulso.

Más que perseguir oportunidades aisladas, su enfoque ha sido leer el contexto completo. Disponibilidad de producto, comportamiento de la demanda, riesgos logísticos y ciclos económicos. 

Esa forma de pensar explica por qué su crecimiento ha sido sostenido y no dependiente de un solo producto o momento.

Liderar sin ruido en una industria de alta presión

El comercio frutícola opera bajo presión constante: tiempos, perecibilidad, precios y regulaciones. En ese entorno, el estilo de liderazgo importa. Massuh optó por un modelo sobrio, de baja exposición pública, donde la autoridad se construye a partir del conocimiento y la coherencia.

Ese liderazgo silencioso ha permitido consolidar equipos, proveedores y socios que entienden el negocio como un proyecto compartido. La confianza, en este modelo, no es un valor abstracto, sino un activo operativo.

Mirada en perspectiva, la trayectoria de Gabriel Massuh no se explica solo por el éxito de una empresa. Sino por su capacidad de estructurar un mercado donde antes había fragmentación. 

Al integrar agricultura, logística y comercio bajo una misma visión, transformó una necesidad del país en una plataforma empresarial sólida.

Hoy, su historia es testimonio de que el verdadero valor en los negocios agrícolas no está en la transacción puntual. Sino en la capacidad de entender la tierra. También respetar los procesos y construir sistemas que funcionen incluso cuando el contexto cambia.