LA CALIDAD DE ALEXIS SÁNCHEZ RESCATA A LA ROJA Y A EDUARDO BERIZZO DEL DESASTRE ANTE PARAGUAY

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Alexis Sánchez
Selección chilena
Alexis Sánchez
Selección chilena

Incertidumbre hasta el último suspiro. El duelo amistoso que enfrentó este martes en el estadio Monumental a las selecciones de Chile y Paraguay tuvo como protagonista, entre otros, a Alexis Sánchez, que desatascó un empate agónico ya en el tiempo de descuento, dándole la victoria a su equipo por 3-2 con un saque de esquina tremendamente envenenado. Berizzo firma con este resultado, y contra el pronóstico de las casas de apuestas en Chile, su primer triunfo desde que recalara en La Roja hace ya diez meses. 

Los de Guillermo Barros tomaron la iniciativa en los primeros compases, con un planteamiento basado en una presión muy alta que sirvió para contener la salida de balón del cuadro local. Esto, sumado al tono abiertamente ofensivo que asumió la medular guaraní, le proporcionó a Paraguay varias ocasiones de peligro durante el primer cuarto de hora. Ya en el minuto cuatro fue Gabriel Ávalos el que avisó con un cabezazo dentro del área pequeña. El ariete se impuso en el juego aéreo a la defensa chilena tras un saque de falta botado desde el lateral, pero la pelota se acabó marchando ligeramente desviada.

Fruto de la insistencia albirroja, la precipitación en la siguiente escena jugó una mala pasada a Claudio Bravo, que intentó salir en corto con un pase muy arriesgado a sus centrales. Julio César Enciso estuvo atento en la recuperación, llegando incluso a elaborar un remate a puerta que bloqueó el arquero chileno para evitar el 0-1. Fue también el delantero del Brighton, muy activo en el arranque, el que tuvo las siguientes opciones para estrenar el luminoso. Primero, mediante una falta desde la frontal que acabó en el centro de la portería, sin problemas para Bravo; después, con un caracoleo en la medialuna que finalizó con un disparo mordido, muy desviado hacia la línea de fondo.

Hubo que esperar hasta el diecisiete para que La Roja ofreciera alguna muestra de entusiasmo en ataque. Ben Brereton fue el encargado de cuajar la primera aproximación andina. Lo hizo desde el vértice del área grande, con un recorte abierto sobre su defensor y un tiro raso, ajustado al primer palo, que detuvo en dos tiempos Anthony Silva. Sólo dos minutos más tarde volvió a aparecer el jugador del Blackburn Rovers, esta vez para internarse desde la misma posición entre dos oponentes y fabricar un zurdazo que se fue por encima del travesaño.

Con este escenario de por medio, Eduardo Berizzo optó por retocar el dibujo y adelantar las líneas para crear más circulaciones en campo rival. Así fue como llegó en el minuto veinticinco el saque de falta que sirvió para inaugurar el electrónico. Marcelino Núñez colgó la bola hacia el corazón del área y encontró a Paulo Díaz libre de marca, cuyo testarazo en el segundo palo envió la pelota al fondo de las mallas.

Con el 1-0 brillando en el Monumental, el conjunto chileno pecó de exceso de confianza y trató de dormir el encuentro en un tramo en el que Paraguay empezó a buscar la igualada de forma incisiva, sobre todo por el extremo izquierdo. Ahí estuvo Gabriel Ávalos en el treinta y uno para penetrar sin contemplaciones y poner un pase de la muerte en el punto de penalti. Matías Rojas, que llegó lanzado desde atrás, marcó el empate en segunda instancia, después de un despeje inicial de Claudio Bravo. Unos instantes más tarde, con Chile desmoronado defensivamente, tuvo lugar una jugada casi idéntica por el costado inverso, aunque con Ávalos como rematador para sellar el 1-2 ante la mirada atónita de la comuna de Macul.

La afición local comenzó a pedir a gritos la entrada en el campo de Alexis Sánchez, puesto que la propuesta ofrecida por los chilenos hasta ese momento estaba siendo bastante pobre: Rubio apenas había tocado la pelota, Vidal y Medel estuvieron muy apagados en la creación, y el único recurso disponible para hacer algo de daño sólo pasaba por las jugadas a balón parado y los disparos de Ben Brereton. La dinámica en declive y la petición popular hicieron que el entrenador argentino pusiera en el césped al Niño Maravilla. Esto, además de un cabezazo de Maripán a la salida de un córner, fue lo más reseñable de la primera mitad.

La reanudación trajo consigo la baja de Ben Brereton, que cayó lesionado, además de un aire más vertical en el juego de Berizzo. Los locales salieron a por el empate, ganando la posesión y arrinconando al equipo rival una y otra vez. En este acoso ininterrumpido tuvo Chile una gran ocasión para volver a poner las tablas. Suazo metió en el cincuenta y seis un pase filtrado que dejó a Alexis solo frente al portero. El diez lo sorteó con la derecha y disparó con la izquierda para estrellar el cuero contra la madera.

Continuó el bicampeón de la Copa América tejiendo el peligro sobre la pasividad paraguaya, que en defensa empezó a conceder demasiados espacios durante el último tramo del partido. Un desmarque de Aravena por el carril derecho sirvió para salvar la distancia en el marcador. El delantero de Universidad Católica llegó in extremis a la línea de fondo y colgó el esférico sobre el interior del área. Un mal de despeje de Rojas volvió a elevar la pelota, que esta vez se ocupó de bajar Alexis Sánchez con un control de fantasía. Su remate, a un metro del portero, acabó perforando la red. El delantero de Tocopilla le dio la victoria a los suyos en el añadido, con un saque de esquina directo que Silva terminó metiendo en la portería.