María de los Ángeles Kassis, Country Manager ALTO Chile, reflexiona acerca de las medidas que debieran tomar las empresas de nuestro país para frenar el avance de bandas organizadas en nuestro país.
“Las organizaciones deben constantemente estar perfeccionando sus áreas de seguridad y prevención de pérdidas. No basta sólo con implementar medidas de seguridad disuasivas como cámaras de vigilancia o contratar personal de seguridad, si bien eso es una buena práctica, hemos visto que muchas veces es insuficiente”, explica la profesional.
El Índice Global de Crimen Organizado de 2023 posicionó a Chile en el puesto 19 en la región en tendencias de criminalidad, con 5,18 puntos de 10, un aumento de 0,58 comparado a 2021. Esta situación representa un desafío significativo para las empresas y el sector retail en nuestro país, ya que no sólo genera pérdidas económicas directas por la sustracción de bienes, sino que también impacta negativamente en la seguridad de los trabajadores y clientes.
En este escenario, el VI Estudio de Mermas en el Retail realizado en conjunto por ALTO Chile, la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez y la Cámara de Comercio de Santiago, (CCS) ha visibilizado de qué forma la creciente ola de delitos está impactando a las organizaciones en diferentes dimensiones.
Entre los resultados de este estudio que, contó con la participación de 13 cadenas de retail a lo largo de todo Chile con una cobertura total de 2.611 tiendas y una facturación total superior a 17.000 millones de dólares, está que el que el crimen organizado como causante de robo/hurto externo bajó respecto al mismo estudio del año anterior, no obstante, el robo por delincuente solitario se duplicó dando un salto significativo: de 17,9% en 2022 a 35,5% en 2023.
“Este fenómeno puede ser explicado por varios factores, entre ellos el hecho, que hoy el delincuente que actúa en solitario, perdió el miedo a utilizar la violencia para perpetrar sus delitos, por lo que sus acciones pueden resultar tan peligrosas como las elaboradas por una banda organizada”, explica María de los Ángeles Kassis, Country Manager ALTO Chile.
En la misma línea, la profesional agregó que: “el crimen organizado y/o los robos con violencia tienen un impacto devastador en las empresas, ya que introduce un nivel de amenaza que va más allá del robo común, afectando la estabilidad operativa y la confianza en los mercados. Estas organizaciones delictivas suelen estar involucradas en actividades como el contrabando, la extorsión y el lavado de dinero, lo que pone en riesgo la integridad financiera y reputacional de las compañías”, agrega la experta.
“Además, el crimen organizado puede desestabilizar cadenas de suministro, aumentar los costos de seguridad y generar un clima de incertidumbre que dificulta la inversión y el crecimiento empresarial. La necesidad de implementar estrategias de mitigación y cumplimiento normativo se vuelve esencial para proteger los activos y la continuidad del negocio”, indica Kassis.
¿Qué pueden hacer las empresas en Chile para frenar el crimen organizado?
Frente a este escenario Kassis indica que “lo más urgente en estos momentos es que las empresas adopten un enfoque integral de seguridad. Las organizaciones deben constantemente estar perfeccionando sus áreas de seguridad y prevención de pérdidas. Pensar en solo implementar medidas de seguridad disuasivas como cámaras de vigilancia o contratar personal de seguridad, es insuficiente. Es una buena práctica, pero es solo un ítem de los tantos a abordar para combatir el delito realmente”.
Ahora, hay otra arista que tomar en cuenta, y esto es que las empresas en Chile hoy no están denunciando los delitos. Según la encuesta de victimización desarrollada por el Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC) evidencia que, durante el segundo semestre del 2023, un 62,4% de quienes fueron victimizados no denunció ningún delito.
“Un aspecto clave es denunciar. Cuando las empresas no lo hacen, los protocolos correspondientes a nivel institucional quedan inactivos, lo que dificulta la persecución efectiva de los responsables. Esto lamentablemente, fortalece la sensación de impunidad entre los delincuentes, convirtiéndose en un factor motivador para la comisión de nuevos delitos”, enfatiza Kassis.
La falta de denuncias formales puede deberse a diversas razones, según explica Kassis. “Muchas empresas optan por no denunciar delitos como hurtos o robos, a menudo por una cuestión de motivación. Existe una especie de desconfianza en las expectativas de los ciudadanos, quienes consideran que el sistema no funciona, mencionando la “puerta giratoria” y creyendo que no vale la pena denunciar. Sin embargo, la única manera de contribuir con el sistema y las policías de forma efectiva es la denuncia. ”, finaliza Kassis.
“Por último, es muy importante que las empresas estén constantemente evaluando sus estrategias de seguridad. Los fenómenos delictuales evolucionan constantemente, por ende, las medidas que tomemos frente a ellos deben estar alineadas a estos cambios”, subraya.
Los productos más contrabandeados en Chile
De acuerdo al levantamiento de datos e información ALTO, se ha pesquisado un aumento significativo de bandas organizadas que se especializan en robar y comercializar productos que van desde cigarrillos, artículos de belleza, higiene personal, hasta alimentos para mascotas. Las pérdidas para el Estado y los privados son multimillonarias.
Bajo este contexto es que la empresa ALTO proporciona un servicio estratégico que incluye una reportería precisa para que las empresas puedan analizar a profundidad sus cifras en torno a seguridad, facilitando la toma decisiones en términos de prevención de pérdidas.
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