SOAP Y SU ROL SOCIAL: PROTECCIÓN EN ACCIDENTES, PERO CON BRECHAS POR CUBRIR

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Por Sebastián Ozimica, vicepresidente de la Asociación Gremial de Corredores de Seguros de Chile (ACOSEG)

Cada año, miles de chilenos renuevan su permiso de circulación y, con ello, contratan el Seguro Obligatorio de Accidentes Personales (SOAP). Este mecanismo es fundamental para garantizar el acceso a la atención médica en caso de accidentes de tránsito, pero su obligatoriedad no debería ser lo único que motive la conversación. Es clave comprender su verdadero alcance y las brechas que aún existen en la protección de las personas y sus bienes.

El SOAP tiene un propósito claro: cubrir, en primera instancia, la atención primaria y de urgencias de quienes resultan lesionados en accidentes de tránsito. No reemplaza la cobertura total de los costos médicos, pero sí alivia parte de la carga financiera de los afectados, asegurando que puedan recibir atención sin que el dinero sea una barrera inmediata. Sin embargo, esta cobertura se limita a los daños personales, dejando fuera otros aspectos críticos del impacto económico de un accidente.

Uno de los aspectos más problemáticos del sistema actual es que el SOAP no cubre los daños materiales ni al vehículo asegurado ni a bienes de terceros. Legalmente, cada ciudadano es responsable de los daños que cause a otros, lo que significa que un accidente puede convertirse en una carga económica devastadora tanto para el responsable como para la víctima.

Quien choca a otro vehículo, a una vivienda o a mobiliario urbano debe asumir el costo de reparación, lo que puede significar un fuerte impacto financiero. En muchos casos, las familias afectadas ven comprometidos sus ahorros o se endeudan para hacer frente a estos costos, generando un círculo de empobrecimiento que el actual modelo de seguro obligatorio no aborda.

Aquí es donde los seguros voluntarios juegan un papel fundamental. Lo que hacen las compañías de seguros no es magia, sino anticipar la ayuda económica en el momento en que ocurre el siniestro, permitiendo que las personas y empresas puedan enfrentar los costos derivados sin caer en una crisis financiera. La contratación de seguros adicionales como el seguro de responsabilidad civil y el seguro contra daños propios es clave para evitar que los afectados queden en la incertidumbre económica tras un accidente.

Si bien el SOAP cumple con la función de garantizar la atención médica en accidentes de tránsito, su diseño actual deja fuera importantes aspectos que afectan directamente la estabilidad económica de las personas. Es momento de discutir la evolución del seguro obligatorio en Chile, considerando no solo la protección de los lesionados, sino también la cobertura de daños materiales y la inclusión de nuevas formas de movilidad como scooters eléctricos y bicicletas.

Un sistema de seguros más amplio y adaptado a la realidad actual no solo protegería mejor a las personas, sino que también reduciría el impacto financiero de los accidentes en las familias y en la sociedad en su conjunto. El desafío está en avanzar hacia un modelo donde la seguridad vial no solo se mida en términos de salud, sino también en términos de estabilidad económica y acceso equitativo a la protección financiera frente a siniestros.

Acerca de:

La Asociación Gremial de Corredores de Seguros de Chile A.G. (ACOSEG) tiene como principales objetivos contribuir al crecimiento de sus asociados, a través de planes de capacitación, desarrollo de productos, generación de aplicaciones tecnológicas, así como, la representación de sus inquietudes ante la Autoridad reguladora (CMF) para el perfeccionamiento del mercado de seguros. Conoce más en:  https://www.acoseg.cl/