Este 22 de abril, Día Internacional de la Tierra, nos sirve para visualizar uno de los caminos claves para la sustentabilidad: la electromovilidad. Muchas empresas de delivery han sido sus early adopters, y, esa inversión ha generado efectos inmediatos en su huella de carbono, acelerando un cambio cultural hacia el mercado y al interior de esas mismas organizaciones.
“La electromovilidad ya es una realidad y su adopción se acelera año a año. Sin duda es una muy buena noticia para el planeta, pero llegó el momento de hacer doble click, un vehículo, no por no tener un tubo de escape, no genera huella de carbono, por ende, hay oportunidades de mejoras que ayudan adar el siguiente paso.” indica Gonzalo Fuenzalida, Co-Founder & Chief Commercial Officer Tranciti.
Chile lidera el ranking de electromovilidad en América Latina en términos de transporte público, posicionándonos como referente en esta materia en la región. Ahora, en cuánto a comercialización de vehículos eléctricos, si bien estamos lejos de otras naciones como Brasil, de acuerdo a cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile, ésta ha ido aumentando progresivamente.
Como muestra un botón: durante el primer semestre del 2023, la venta de este tipo de vehículo superó las 3.500 unidades, lo que implica un alza de un 40,5% respecto al 2022. Por otro lado, las metas concretas en el mundo logístico son bastante desafiantes: Para 2035: sólo maquinaria eléctrica y para 2050: toda maquinaria circulante eléctrica.
Ahora, si bien los vehículos eléctricos representan una poderosa herramienta en la lucha contra el cambio climático al ofrecer una alternativa limpia y eficiente a los vehículos de combustión interna, reduciendo significativamente la cantidad de gases de efecto invernadero liberados a la atmósfera, lo cierto es que este tipo autos por sí solos no son la solución final o definitiva a la contaminación.
“La electromovilidad sin duda es un gran paso, pero al mismo tiempo es recién el primero de un largo camino. Cada vez más los sistemas de gestión de la flota van a jugar un rol protagónico. No sólo se trata de cambiar de combustión a eléctrico, sino que hay que entender los procesos de carga, reducir kilómetros recorridos al optimizar rutas, plataformas de mantenimiento predictivas, matriz energética, análisis de data, entre otros”, indica Gonzalo Fuenzalida, Co-Founder & Chief Commercial Officer Tranciti.
“Hemos visto que muchas empresas de delivery al empezar con la transformación hacia la EV (Electromovilidad), han generado un punto de inflexión al interior de su organización, ya que, al ser una inversión tan importante, se fortalece el compromiso con estas iniciativas, a través de estrategias de comunicación interna que facilitan que estos cambios vayan más allá de la flota vehicular”, reflexiona Gonzalo.
Para estos procesos de adopción, según explica el profesional, “es necesario considerar la cultura de la empresa para que todos los colaboradores la hagan propia. Por ello, muchas veces se necesitan “hitos” que gatillen esta transformación, lo que, a su vez, significa una oportunidad para las organizaciones que están haciendo el cambio. Por otro lado, es importante recalcar que los vehículos de uso intensivo tienen una visualización mucho mayor cuando están ejerciendo sus funciones de reparto. De hecho, si vemos estos vehículos en la calle, rápidamente los podemos diferenciar, ya que llevan diseños comunicando que son eléctricos”.
Bajo este contexto, el experto indica que, este cambio organizacional de gran envergadura genera nuevas tareas, como capacitación al personal, compra de insumos adaptados a las nuevas realidades, procesos de carga eficiente y medidas de seguridad entre otras. “Por ejemplo, el extintor que contamos en los autos de combustión no sirve para un vehículo eléctrico o el efecto de la huella de carbono va a depender de dónde se realice la carga. Es muy distinto hacer la carga proveniente de una matriz energética 100% renovable a una que tenga un 50% generada por una termoeléctrica.
“Como Tranciti hemos estado apoyando a distintos clientes que han decidido agregar flotas eléctricas en su logística, algunos ya han realizado el cambio en casi el 100% de la flota, y muchas otras lo están haciendo de forma gradual, ambos caminos son promisores. En tanto algunos han optado por los autos híbridos que funcionan tanto con gasolina como con electricidad, pero este es un cambio de la industria que no va a detenerse”, cuenta Gonzalo.
Para finalizar, el profesional indica que “en general son muy buenas noticias, ni una medida por sí sola es la solución, pero claramente la inversión y trabajo realizado por las compañías es mucho más que fotos de vehículos eléctricos en redes sociales, pero, de acuerdo a nuestra experiencia, el compromiso de las empresas está siendo real y certero”.
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