Por Cristián Martínez, fundador de Crece Inmobiliario
Hace pocos días se conoció la noticia de que Canadá prohibirá durante los próximos dos años la compra de viviendas a extranjeros no residentes, una medida tomada por el gobierno del país norteamericano que busca controlar los precios de las viviendas.
Esta medida fue parte de las promesas electorales de la campaña de 2019 del primer ministro Justin Trudeau, y que se ejecuta, a pesar de que los precios de la vivienda han caído en torno al 13% en Canadá.
El aumento del fenómeno de la inversión de este tipo, o sea de la inversión inmobiliaria extranjera, se genera claramente por los problemas sociopolíticos que existen en lugares como Latinoamérica, donde los inversionistas de la región han tenido que diversificar su portafolio hacia otras latitudes, debido a la incertidumbre post pandemia y por la constante inestabilidad política y económica.
Medidas como la tomada por Canadá, más que ir en favor de los ciudadanos, se alza en contra de uno de los elementos fundamentales que aportan al crecimiento de los países: la inversión. Así lo entienden otras naciones que, al contrario, generan impulso para que más personas puedan inyectar sus capitales para mover la economía.
En esto, países de Europa, Asia, algunos árabes como Emiratos Árabes Unidos, con su ciudad Dubai, o más cercanos a Chile como Perú y Paraguay, de a poco se abren a este tipo de inversión. Pero sin duda los que están a la vanguardia son Estados Unidos, Panamá y México, siendo este último el que de a poco se ha abierto a modelos de inversión de renta corta, aprovechando sus costas y balnearios.
En el caso de Estados Unidos y Panamá, son países con economías prósperas y que entregan retornos en dólares, una moneda fuerte y con gran estabilidad. Asimismo, las inversiones entregan interesantes rentabilidades de entre un 8% y un 10%, y en el caso de la plusvalía, alcanza hasta un 13% en Estados Unidos y hasta un 10% en Panamá, de forma anual.
Estos países tienen la claridad de que la forma para crecer, es a través de capitales extranjeros. Para esto se encargan de proyectar su estabilidad política y socioeconómica, elemento fundamental para atraer la inversión.
Estados Unidos prácticamente ha crecido en base a la inversión extranjera. Ellos tienen claro que gracias a los impulsos de capitales extranjeros han podido generar el desarrollo de economías en diversos estados. Dentro de las fronteras uno tiene límites, entonces, la forma de progresar es a través de inversión extranjera. Panamá, por su parte, ha basado su desarrollo por un lado gracias a los réditos que le entrega el canal, pero también con las inversiones inmobiliarias, en especial con proyectos de renta residencial y también de oficinas, malls, etc.
Los inversionistas pequeños y medianos de Chile, tenían concentrada fuertemente su inversión acá en nuestro país, siendo Chile la única plaza. Luego de lo ocurrido a fines de 2019 (estallido social), la incertidumbre y los riesgos han hecho que el foco esté fuera de las fronteras nacionales. La variable que mueve al inversionista a sacar los dineros, es la diversificación de su patrimonio, para que este no se vea afectado por factores sociopolíticos y que no entregan estabilidad.
Lo más probable es que la tendencia siga en esta línea, con inversionistas diversificando su portafolio en países que entregan tanto rentabilidad como seguridad. Algo que localmente se fue perdiendo, en los últimos 4 años, y que, esperemos, se pueda recuperar en algún momento.
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